En promedio el Ecu 911 registra entre 1 y 2 suicidios diarios en todo el país, mientras que los intentos de suicidio duplican esta cifra. Las provincias con más incidencia de estos casos son Guayas, con el 24%; Azuay con 11%; El Oro con 8%, y Pichincha (Quito) y Manabí con el 6%.

Desde enero a la fecha, en Pichincha, el Ecu 911 registró 11 suicidios, mientras que 48 personas se autolesionaron en su intento de quitarse la vida.

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud reporta que cada año se suicidan cerca de 800.000 personas y esta es la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. Al menos 1 de cada 10 mujeres desarrolla una enfermedad mental durante el embarazo o en el primer año tras el parto.

En Ecuador, del 2015 al 2021 se han reportado más de 1.000 suicidios por año. Mientras, la tasa se mantiene en 6.97 por cada 100 mil habitantes.

¿Cómo afrontar la depresión y el suicidio?

En el programa Las Warmis del Barrio, de Radio Pichincha, conversamos con Alexandra Gonzáles Cardoso, fundadora de extravagante.mente, una comunidad que aborda temas de salud mental.

Ella asegura que los tres pensamientos en la conducta suicida son: “no hay esperanza, yo soy un error, no hay solución”. Para cambiar estas ideas, es indispensable buscar ayuda, que puede estar en los contactos cercanos, hasta dirigirse a especialistas, como psicólogos o psiquiatras.

Desde la comunidad extravagante.mente, Gonzáles conoce casos de personas de todas las edades, pero son los jóvenes los más afectados por la digitalización de sociedad. “Somos seres ambientales y nos permea todo lo que vemos”, asegura, pues existen casos de personas que tras leer un libro de terror han presentado ataques de epilepsia o se identifican con películas donde los protagonistas tienen conductas suicidas y las reproducen luego.

Otra característica de las personas con conductas suicidas es el “sesgo de negatividad”. Esto es que la persona se aísla y tiende a pensar que la “desgracia” solo toca su puerta. Sin embargo, cuando se encuentra con el apoyo de otra persona puede visualizar soluciones y cambiar de pensamientos.

Parte del cambio es que las emociones puedan pasar del mundo de las ideas a lo material. “Hay que hablarlo, con un psicoterapeuta, escribir, ponerle nombre al trauma: abuso sexual, traición, pobreza. Hay que reconocer el enemigo para pedir ayuda”, apunta.

Las cifras de depresión y suicidios en América Latina plantean un reto grande, pues la salud mental debe ser considerada parte del sistema de salud. En Ecuador el tema es aún más alarmante. Los suicidios representan el 1,7% de las muertes que ocurren en el país anualmente. La muerte auto infligida entre el año 2015 y 2018 supera las cifras de muerte por agresión interpersonal y la mayoría de sus víctimas se encontraban entre 15 a 40 años (INEC, 2018).

Especialmente alarmante es el suicidio en niños y niñas entre 10 y 14 años, que ha incrementado en 322% (niñas) a 480% (niños) entre los años 1990 y 2017, convirtiendo al Ecuador en uno de los 10 países con las tasas más altas de suicidio a nivel mundial en este grupo de edad.

En este sentido, la sicóloga Yuri Mendoza, asegura que el Estado tiene la responsabilidad de brindar salud pública de calidad, garantizando su acceso. Sin embargo, el ideal está muy alejado de la realidad, ya que, incluso los profesionales en psicología son excluidos del sistema de salud.

La Dirección Nacional de Normatización de Talento Humado de la Salud, califica como profesionales de la salud únicamente a quienes obtuvieron el grado en psicología clínica, y excluye a todos los profesionales que tienen título de cuarto nivel con esta denominación.

El estudio “Perspectivas y garantía de atención de salud mental en Ecuador” anota que son escasos los estudios sobre incidencia, prevalencia y condicionantes de enfermedades relacionadas con la salud mental y se considera que existe un subregistro de estas enfermedades.

El Ecuador se encuentra entre el 30% de países sudamericanos que destinan menos del 2% del presupuesto sanitario para la atención de pacientes con enfermedades mentales, no se cuenta con una red de servicios y son escasos e insuficientes los servicios de salud públicos destinados a atender a pacientes con afectación mental.

Fuente: Pichincha Comunicaciones

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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