Primero fueron los conflictos en la Asamblea Nacional, después el paro nacional de junio de 2022 y muy de cerca la crisis de seguridad ciudadana. Ahora, de acuerdo con analistas políticos, es el revés sufrido con los resultados de la consulta popular que generan al menos el cuarto cambio generalizado en el interior del gabinete del presidente de la República, Guillermo Lasso.
Henry Cucalón, quien fue parte de las figuras cercanas al líder socialcristiano Jaime Nebot, asume el Ministerio de Gobierno luego de la renuncia de Francisco Jiménez, funcionario cuestionado por organizaciones sociales que lideraron el paro de junio.
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Sebastián Corral estará al frente como secretario general de la Administración, puesto en el que antes estaba Iván Correa. La Secretaría Jurídica de la Presidencia no se libró de modificaciones. Aquí el abogado Jhossueth Almeida Villacís estará en condición de encargado, reemplazando a Fabián Pozo.
Para Cristian Carpio, analista político y docente de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas, estos cambios se dan por dos motivos: refrescar el gabinete y por la victoria del No en la consulta, que a su criterio, deja a un régimen desgastado.
“Lo que está pasando es que el Gobierno busca refrescar su gabinete con el objetivo de lograr cierta gobernabilidad. Está en un momento crítico y cada vez aumenta más el descontento social y evidentemente es fruto de esta crisis de los resultados de la consulta popular, que era el último salvavidas del Gobierno. En ese sentido, lo que ha buscado es refrescar las líneas para generar cambios que intenten reflejar una nueva imagen en la ciudadanía…, lo importante no es cambiar de nombres sino la política pública”, manifiesta Carpio.
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El experto, que también es consultor en Prófitas, menciona que Lasso se está alejando de quienes eran su círculo cercano. “Cambia a su círculo más cercano, gente de mucho tiempo y que estuvo al inicio como Fabián Pozo e Iván Correa”. Y su impresión “es que la idea es dar esa señal de generar ciertos cambios ante la ciudadanía”.
Lasso, por ejemplo, aceptó la renuncia de Aparicio Caicedo como consejero, quien era una de las voces de mayor peso en el entorno político del Ejecutivo. A esta lista se sumó Oswaldo Coronel, que presentó su renuncia al cargo de gobernador de Cotopaxi. En su lugar estará Tania Vásquez Paredes.
En la Gobernación de El Oro estará Eusebio Apolo, en lugar de Mirtha Aristeguieta. Y en la Gobernación de Esmeraldas cambian a Tania Obando por el exfutbolista Frickson Erazo.
En la Gobernación del Guayas también hubo cambios. Francesco Tabacchi fue escogido para ese puesto y reemplazará a Lorenzo Calvas, quien asumió cuando Pablo Arosemena dejó ese cargo para liderar el Ministerio de Economía. Y Gretty Vargas, secretaría de Gestión de Nacionalidades y Pueblos Indígenas será reemplazada por Jorge Córdova Castro.
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Daniella Fernández, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Derecho Francisco Huerta Montalvo de la Universidad Casa Grande, concuerda en que el resultado negativo en el referéndum sería el causante de estos cambios, que a su juicio, no son ‘malos’.
“Y eso trae como consecuencia también que se replantee la estrategia del Gobierno para llegar a acuerdos. Cambiar el rumbo para tomar la temperatura de una sociedad de una forma correcta. Si se cambia tiene que ser para bien, que es lo que todos los ecuatorianos esperamos, pero no creería que sea una mala noticia porque todavía hay que esperar que actúe el nuevo ministro (u otras autoridades)”, menciona Fernández.
Para la especialista, las personas que hayan sido consideradas para estar al frente de ciertas entidades deberían ir con la mentalidad del diálogo, de hacer alianzas. “No estoy hablando de corrupción, estoy hablando de alianzas y es necesario llegar a estos acuerdos para que se tome un rumbo positivo”, apunta.
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Con esto coincide Carpio, sin embargo, señala que el mandatario tiene pocas opciones y que los giros se realizan “algo tarde”.
“En este caso el presidente tiene pocas opciones porque los cambios llegan tarde. Entonces, cada vez hay menos opciones que aceptan ser parte del Gobierno porque es altamente impopular y eso implica que muchas figuras se quemen políticamente. Mi impresión es que busca gente que mantiene relación, de cierta forma, y que han estado vinculados con el presidente o con miembros del gabinete. Creo que oferta de personas que quieran aceptar en un momento en donde el barco se hunda es difícil, la mayoría está buscando distanciarse del Gobierno”, argumenta Carpio, quien avizora un periodo de “alta inestabilidad”.
En cambio, Fernández no cree que estemos en el punto en donde el barco se esté hundiendo. “Decir que el barco está hundido, no todavía, hay que ver la puesta en marcha de esta estrategia que está aplicando el Gobierno como para decir luego si es que estamos hundiéndonos. Hay que esperar”, sugiere la catedrática.
Fuente: El Universo