• Más de 45.000 ecuatorianos perjudicados por las inclemencias del clima recibieron donaciones para subsanar su situación.
• Los alimentos llegaron a las provincias de Manabí, El Oro, Guayas, Chimborazo y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Marzo fue un mes que estuvo marcado por dos incidencias naturales que tuvieron fuertes efectos en la población ecuatoriana: el terremoto en Balao (Guayas) y la temporada invernal que ha afectado a todo el territorio nacional.
Según las cifras publicadas al 1 de abril, más de 46.278 personas a escala nacional han sido perjudicadas por estos fenómenos naturales. Sin contar con los afectados por el deslave ocurrido en la ciudad de Alausí (Chimborazo), donde casi 200 familias perdieron todo.
El terremoto de 6,5 en la escala de Richter que acontenció el 18 de marzo, causó graves daños en las provincias de El Oro, Guayas y Azuay. Pocos días más tarde, las intensas lluvias también afectaron principalmente a la Costa y a varias ciudades en la Sierra centro, con desbordamientos de ríos y desplazamientos de tierra.
Según Monseñor Aníbal Nieto, Obispo de San Jacinto en la provincia del Guayas, los habitantes se quedaron incomunicados ya que se registraron daños en infraestructuras viales, por lo que la ayuda de la empresa privada fue fundamental para que la ciudadanía pueda abastecerse.
Pronaca se movilizó inmediatamente y envió ayuda para más de 45 mil personas en las zonas de Chone (Manabí), Machala (El Oro), Puná (Guayas), Pallatanga (Chimborazo) y Santo Domingo de los Tsáchilas.
En el caso de la tragedia sucedida en Alausí, la empresa también activó un plan para dotar de provisiones a parte de los afectados, a través de la Iglesia San Pedro donde se entregaron los insumos, se pudo asistir a 815 de los damnificados.
Tal como comenta Andrés Pérez, Director de Relaciones Institucionales de Pronaca, “esta emergencia humanitaria no podía pasar desapercibida por lo que inmediatamente nos organizamos para identificar las necesidades en diferentes partes del país, especialmente donde tenemos centros de operaciones, para contribuir con alimentos que puedan aliviar en algo el mal momento que están pasando miles de familias. Hemos llegado a cinco de las provincias más afectadas por el invierno y lo seguiremos haciendo cuando los ecuatorianos lo necesiten.”
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