● El incremento del uso de pantallas en niños ha generado problemas de miopía.
● Los juegos tradicionales fomentan el bienestar familiar y el desarrollo de habilidades blandas.
El confinamiento de 2020 cambió los patrones de consumo digital en las familias, siendo los más pequeños los de mayor impacto. La Universidad Miguel Hernández de España reafirmó esto en su estudio sobre el impacto de la tecnología en los niños, incrementándose en un 73%.
El resultado de esta práctica ha desencadenado varias consecuencias directas e indirectas, entre ellas problemas de salud, principalmente el incremento de miopía en niños dadas las clases virtuales, juegos o videos de entretenimiento; así también, la desconexión familiar ha incrementado dejando por fuera el espacio de convivencia.
Ante ello, Camila Pozo, psicóloga destaca que la tecnología es una herramienta poderosa con amplios beneficios; sin embargo, su uso excesivo podría inferir en una sana relación familiar “comer con el celular en la mesa, viendo la TV o priorizar los juegos virtuales vs. los tradicionales generan consecuencias a mediano y largo plazo”.
Cuando la experta habla sobre las consecuencias en niños revela que esta desconexión afecta el bienestar del pequeño en su hogar y si no se tiene una supervisión sobre lo que mira o juega podría adquirir nuevas conductas.
Pozo resalta la necesidad de incluir juegos de mesa, manualidades, juegos tradicionales, cocinar en familia, leer juntos o actividades dinámicas como deportes en el día a día para despertar el interés de compartir con sus familiares o amigos. Los stickies, saltar soga, trompos, rayuela, ula-ula, canicas, escondidas, quemadas, deportes son una buena opción si a la hora de reforzar lazos familiares se trata.
“La importancia de poner en práctica estas actividades no solo aporta a la conexión o dinámica familiar, además genera lazos afectivos, permite conocerse entre los miembros de la familia, genera seguridad en los niños, niñas y adolescentes, y desarrolla sus habilidades sociales” sostiene la especialista.
Esta situación se ha convertido en un reto para las familias e incluso la industria alimenticia, que día a día innova y pretende generar propuestas atractivas para padres y niños. Las marcas Ruffles, Kellogg´s, Cheetos, entre otros, llevan varios años incluyendo en sus presentaciones juguetes o juegos para niños.
Hoy en día, cada vez más empresas se suman a esta visión de fortalecimiento familiar y desarrollo social. Yogurt Kiosko Sorpresa, que lleva varios años en Ecuador desarrollando juguetes atractivos para niños, que se encuentran dentro del empaque del producto, así impulsan el bienestar y desconexión tecnológica, un ejemplo de ello su reciente campaña “Lo Clásico Pega” que incluye una colección de stickies (figuras pegajosas con forma de animales).
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