¿En qué casos no debes tener miedo a endeudarte? Aquí te explicamos. Hay un endeudamiento que puede ser considerado como bueno o malo; dependiendo de cómo se utilice y de las circunstancias en las que se adquiera la deuda.
El endeudamiento bueno se refiere a tomar préstamos con un propósito y una estrategia claros que pueden generar un valor a largo plazo y mejorar tu situación financiera. El Arq. Joan Proaño, CEO de la Promotora Inmobiliaria Proaño señala que, “se considera como deudas buenas a todas las que te permitan satisfacer necesidades básicas como: vivienda, salud y educación; entre ellas, la inversión en propiedades, educación, emprendimiento, mejoras personales como atenciones médicas, etc”.
Por otro lado, el endeudamiento malo se refiere “a tomar préstamos de manera irresponsable o para gastos que no agregan valor ni generan retorno financiero”, afirma Proaño. Todos los gastos frívolos, como lujos o gastos no esenciales que debas diferir en lugar de vivir dentro de tus posibilidades. O los préstamos de alto interés sin un plan realista para pagarlos, como los diferidos de tu tarjeta de crédito.
Es importante recalcar que, la deuda buena se asocia generalmente con inversiones que pueden mejorar la situación financiera a largo plazo, mientras que la deuda mala se refiere a préstamos utilizados para gastos no productivos o que pueden llevar a problemas financieros si no se gestionan adecuadamente.
En la foto: Casa Palma, conjunto habitacional en el sector de Tumbaco.