Sade Fritschi Naranjo, de 26 años, y oriunda de las islas Galápagos fue designada como ministra de Ambiente por el presidente electo Daniel Noboa Azin.
La funcionaria designada contribuyó a establecer el primer sistema de reciclaje para la isla Isabela. Este proyecto, denominado FUNDAR, fue financiado por la Unión Europea en asociación con fundaciones como la WWF, la Fundación Charles Darwin y el Galápagos Conservation Trust del Reino Unido.
Fritschi es miembro profesional de la Asociación Británica para la Gestión de Proyectos. Es Máster en Ciencias en Gestión de Proyectos con Distinción de la Universidad de Southampton de Inglaterra, una de las mejores del Reino Unido. Fue la mejor graduada de su promoción y conforma parte del cuadro de honor del decano.
Además, fue ganadora del mejor Desempeño Académico de la Escuela de Negocios de la Universidad de Southampton y recibió el reconocimiento por Logro Excepcional y Mérito por Tesis Sobresaliente. Obtuvo su Licenciatura en Ciencias en Gestión Internacional de Turismo en la universidad de Oxford Brookes en Inglaterra, donde se graduó con Honores y forma parte del Programa de Mentores del Departamento de Negocios de la Universidad donde su área es la gestión medioambiental de las empresas turísticas.
Ha trabajado como directora de proyectos en la creación de marcas ecológicas para destinos turísticos, eventos que fomentan la sostenibilidad y programas de gestión ambiental para diferentes municipalidades en el Ecuador.
En África fue parte de un proyecto piloto en el Parque Nacional de Kariba, Zimbabwe, donde trabajó en la evaluación y comprensión de los métodos utilizados por los guardaparques para proteger el equilibrio del ecosistema local, con un enfoque especial en salvar la población en declive de elefantes africanos en la zona.
Es miembro activo de la Fundación Humanitaria Las Flores de Galápagos, que lucha en contra de la violencia de género y patrocina gratuitamente la defensa legal de niños, niñas y adolescentes, como también empodera a grupos prioritarios sobre los derechos humanos.
Participa además en la asociación «APEPCI” que, a través de la poesía ecológica, conciencia sobre las especies en peligro de extinción, el calentamiento global, el agua y los océanos.