En Ecuador, la incidencia de casos de Alzhéimer entre la población adulta mayor ha experimentado un notable aumento, llegando a afectar a alrededor de 1.3 millones de personas, según datos recientes proporcionados por el Instituto de Estadísticas y Censos (INEC). Además, una investigación realizada por la Revista Científica INSPILIP V revela que aproximadamente el 35% de las personas de entre 60 y 65 años padecen esta enfermedad.
A medida que la población envejece, se ha vuelto cada vez más importante abordar la prevención y el afrontamiento de esta enfermedad. Sin embargo, el Alzhéimer no es solo un problema individual; también afecta profundamente a las familias de quienes lo padecen.
La prevención del Alzhéimer es de vital importancia, ya que aún no se dispone de una cura definitiva. Según la Dra. Susana Tito, médica geriatra y presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología (SECUGG), indica que:” mantener un estilo de vida activo, llevar una alimentación saludable, moderar el consumo de alcohol y abstenerse de fumar son medidas que pueden reducir significativamente el riesgo de padecer demencia. Por tanto, la prevención se convierte en un objetivo crucial para las familias y la comunidad en general.»
La especialista señala que cuando un ser querido es diagnosticado con Alzhéimer, la familia se enfrenta a una serie de desafíos emocionales, prácticos y financieros, por lo que es importante abordar la situación con comprensión y apoyo. Entre las estrategias para afrontar el Alzhéimer en familia podemos destacar:
- Educación: Aprender sobre la enfermedad, sus etapas y síntomas puede ayudar a la familia a comprender lo que está sucediendo y a prepararse para lo que vendrá.
- Comunicación abierta: Hablar sobre la situación, compartir emociones y necesidades, y escuchar a la persona afectada puede fortalecer la unidad familiar.
- Apoyo externo: Buscar el apoyo de grupos de ayuda, profesionales de la salud y servicios de atención a domicilio puede aliviar la carga de los cuidadores familiares.
- Planificación a largo plazo: Anticipar las necesidades futuras de atención médica y financiera es esencial para garantizar la mejor calidad de vida posible para la persona afectada.
- Cuidado personal: No olvidar el autocuidado. Los cuidadores familiares también necesitan tiempo para descansar y cuidar de su propia salud.
La prevención del Alzhéimer y el tratamiento de esta enfermedad en conjunto con la familia, son aspectos que se debe trabajar. A través de la difusión de información de un estilo de vida saludable y el apoyo mutuo en momentos difíciles, las familias pueden marcar la diferencia en la vida de quienes padecen la enfermedad.