Exceso de comida, alcohol, azúcares y grasas dañará tu cutis
Llegan las Navidades y con ellas las celebraciones, lo que se traduce en un exceso de comida, alcohol, azúcares y grasas. El comer y beber en grandes cantidades no solo se refleja en un aumento de peso, también afecta al estado y a la salud de la piel. Así también, otros factores como el estrés, la falta de sueño y el frío contribuyen a que el cutis se altere con más facilidad.
El exceso de alcohol provoca la deshidratación de la piel, efecto que se duplica con la calefacción y las temperaturas frías. Estás sustancia dilata los capilares faciales produciendo la aparición de rojeces y empeorando los cuadros de rosácea o telangiectasia. En cuanto a la alimentación, las comidas copiosas ricas en grasas y los dulces afectan al proceso de digestión y consecuentemente a la piel.
Según, Asly Pérez, especialista en el cuidado de la piel y vocera de Domibella, “El exceso de azúcares desencadena el proceso de glicación, provocando un daño sobre las fibras elásticas y el colágeno, que, aunque no se puede percibir en pocos días, sí se va sumando al proceso de envejecimiento de la piel, produciendo falta de tersura y flaccidez”; y claro, el exceso de azucares ingeridos durante tantas celebraciones provoca inflamación a nivel de la piel, esto hace que se acumulen líquidos, por ejemplo, en la zona del contorno de ojos, dando lugar a bolsas y ojeras”
Por otro parte, es importante recordar que el sueño y el estrés también dañan el aspecto del cutis. Dormir poco, además de producir las odiosas y antiestéticas ojeras, resta iluminación a la piel y hace que esta luzca más apagada, ya que durante el sueño es cuando se activa su proceso de reparación. El estrés, en cambio, aumenta la secreción sebácea y puede dar lugar a la aparición de pequeñas espinillas o acné, sobre todo en las personas con tendencia a ello.
Con el fin de prevenir, la especialista señala que, “lo mejor es controlar los excesos limitando el consumo de alcohol, grasas y dulces, pero sin tener que renunciar a ellos”. Así también, “compensar los días de excesos con frutas y verduras, caldos depurativos, infusiones y zumos naturales ricos en vitamina C, aumentando la ingesta de agua a unos 2 litros diarios”.
Es importante la utilización de complementos alimenticios ricos en antioxidantes (vitamina C, E, flavonoides como el resveratrol…), minerales (magnesio, cobre, zinc, entre otros) y ácidos grasos esenciales (omega-3, omega-6 y omega-9). Así también, el uso de serums y cremas hidratantes y nutritivas como algo indispensable; mascarillas y peelings revitalizantes a base de vitamina C –que proporcionan luminosidad inmediata- y parches descongestivos para atenuar las bolsas en los ojos. Además, es imprescindible no saltarse, bajo ningún concepto la higiene del rostro, aseguran.
Y luego de pasar las fiestas, visitar a la cosmeatra para revisar el estado de la piel y realizar una limpieza e hidratación profunda.