La evidencia científica está demostrando que la contaminación del aire contribuye significativamente a una serie de problemas de salud. La Dra. Balakrishnan es la autora principal de una revisión exhaustiva publicada en Chest, basada en evidencia, centrada en los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica en todo el espectro de los trastornos pulmonares.
La contaminación del aire puede afectar la funcionalidad pulmonar, desencadenar asma y exacerbaciones de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), además de aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y cáncer de pulmón. También aumenta el riesgo de infarto de miocardio, el desarrollo de arteriopatía coronaria y el accidente cerebrovascular. Las personas que viven en zonas con un gran volumen de tráfico corren un riesgo elevado de sufrir problemas de salud relacionados con la contaminación del aire.
Los principales componentes de la contaminación del aire son: Dióxido de nitrógeno (procedente de la combustión de combustibles fósiles), el ozono (debido al efecto de la luz solar sobre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos), monóxido de carbono, contaminación atmosférica por partículas (partículas sólidas o líquidas en suspensión), óxidos de azufre
Efraín Sánchez, neumólogo de IECED, señala que la contaminación del aire exterior es un factor importante que contribuye a la contaminación del aire interior. Además, de la contaminación que causa los recintos cerrados que incluye el humo del tabaco, la cocina (incluidas las cocinas de gas), la construcción y la rehabilitación. La quema de combustible de biomasa (por ejemplo, madera, residuos animales, cultivos) para cocinar y calentar es una fuente importante de contaminación, entre otros.
“Las temperaturas más cálidas provocan un aumento de los contaminantes y los alérgenos. La mala calidad del aire reduce la función pulmonar, aumenta el riesgo de complicaciones asmáticas, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca y muerte. La contaminación atmosférica y los alérgenos son las principales exposiciones que afectan a la salud pulmonar y cardiaca en este clima cambiante», expresó Sánchez.
Un estudio de de King’s College, una de las facultades de la Universidad de Londres, constató que una alternativa para evitar la contaminación de aire es esquivar los autos atascados en tráfico con los motores encendidos en la hora pico porque es dañino para la salud. Escoger una calle paralela para caminar o trotar, en lugar de la principal con más tráfico, reduce la exposición a la contaminación en un 53% en promedio y en algunos casos hasta 60%.
Una investigación británica de 2018 (T Whyand et al) encontró evidencia para evitar enfermarse a pesar de la contaminación, al usar carotenoides, la vitamina D, la vitamina E y la vitamina C, entre otros, pueden proteger contra ciertos daños. El consumo de frutas y vegetales y la adherencia a una dieta mediterránea tiene un efecto benéfico en la respuesta inflamatoria y en la función pulmonar.
La radiología juega un papel importante en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades. Es precisamente la especialización de radiología diagnóstica la que utiliza diversas técnicas de imagen, como radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas, para visualizar y evaluar el estado de los órganos y tejidos del cuerpo. Estas imágenes permiten a los médicos identificar posibles anomalías o afecciones relacionadas con la exposición a contaminantes ambientales.
La contaminación del aire es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La prevención o la reducción de la exposición a los contaminantes del aire exterior es fundamental para reducir tanto el riesgo agudo como el crónico de enfermedades relacionadas con la contaminación. Se ha demostrado que mejorar la calidad del aire a largo plazo mejora la función pulmonar, lo que induce a implementar estrategias para reducir la contaminación atmosférica, preservar la salud pulmonar, prevenir el desarrollo de EPOC y evitar el empeoramiento de los que ya la padecen.