La erosión regresiva que amenaza a Coca Codo Sinclair ha avanzado 1,2 kilómetros en 18 días, según los reportes de la Comisión Ejecutora que monitorea el fenómeno. Mientras el 15 de junio de este año se encontraba a 7,3 kilómetros de distancia de las obras de captación, el 20 de junio ya llegó a 6,8 kilómetros.
Sin embargo, el 1 de julio se había establecido en 6,4 kilómetros y, al día siguiente, martes 2 de julio, ya se colocó en 6,1 kilómetros.
Se trata de un avance extremadamente rápido que genera preocupación, por los daños que podría causar a la mayor central hidroeléctrica del país, que le costó al país alrededor de $ 3.000 millones y que se esperaba pudiera durar al menos 50 años.
Carolina Bernal, docente investigadora de la Escuela Politécnica Nacional, indica que lo sucedido en estos días representa un importante aceleramiento de la erosión; que este problema depende de cuánta agua recorre en el río y cuán fuerte es el caudal; también, si el terreno en el que recorre el río es roca dura o suave y, finalmente, de la pendiente natural.
Explica que en esta ocasión la aceleración de la erosión se ha debido a las crecidas del río. Por ejemplo, el 16 de junio pasado se presentó un caudal de más de 3.000 m³/s. En el 2021 también hubo una crecida de más de 3.000 m³/s.
Bernal señala que, en condiciones normales, las crecidas se dan cada diez años. No obstante, debido al cambio climático, estas crecidas se han dado de manera impredecible. Así, se han dado dos en cuatro años, cuando debieron generarse dos en veinte años.
Adicionalmente, el terreno por el que actualmente recorre la erosión es de tipo fluvio lacustre, que tiene una roca que es fácil de cortar. Así, el trabajo del río va a ser mucho más fácil en estos días. En todo caso, las crecidas que se registran de momento son más débiles. Por ejemplo, el 5 de julio se registró un caudal de 243,9 m³/s.
Entre tanto, también se espera que en las próximas semanas el fenómeno se detenga, ya que empieza una época de sequía o de estiaje. De esta forma, el avance puede ser más lento, siempre y cuando el clima se comporte de manera normal.
En estos días, el Gobierno ha anunciado que buscará que se hagan ciertas obras de mitigación de la erosión regresiva. Incluso se rescató un concurso que había sido declarado desierto. Empero, para Bernal, realizar dichas obras sería “botar la plata”, porque el fenómeno no se detendrá. Más bien sería importante buscar un plan B que reemplace a Coca Codo y que sea rápido. Podrían ser centrales térmicas, dice.
A Coca Codo Sinclair la amenazan varios factores. Por un lado, la erosión regresiva, que puede llegar a destruir las obras de captación. Por otro, se acumulan los sedimentos por falta de compuertas de fondo de la propia central. Esto sería una falla de diseño de la constructora, que no acató los planos originales. Además, Coca Codo presenta varias fallas en el sector de los distribuidores, que fueron construidos con un acero que no cumplía los parámetros técnicos. Esto ha producido miles de fisuras que han obligado a parar las unidades de producción. Se las ha reparado, pero continúan apareciendo nuevas fisuras.
En las últimas semanas, Ecuador ha sufrido de apagones al ocurrir problemas con sedimentos. La central ha debido cerrar sus compuertas para evitar que las turbinas sean contaminadas con agua con alto volumen de partículas.