- La Inteligencia Artificial (IA) está irrumpiendo en todos los aspectos de nuestras vidas y la demanda de dispositivos que la incorporen se disparará en los próximos años.
- La IA no solo mejora el desempeño de los asistentes virtuales y el flujo de trabajo, sino que también exige un alto nivel de memoria virtual y almacenamiento.
Según expertos, para el año 2027 se prevé que se envíen a nivel mundial 167 millones de PC con IA integrada. Esto significa que la interacción con la IA ya no se limitará a la nube, sino que estará presente en nuestros dispositivos de manera local.
Sin embargo, esta nueva era de la IA trae consigo nuevos desafíos, especialmente en lo que respecta al hardware. Los dispositivos deberán contar con mayor potencia de procesamiento, memoria y almacenamiento para poder soportar las complejas tareas que la IA demanda.
César Sánchez, Country Manager de Kingston para Ecuador y Perú, explica que “hay dos maneras de interactuar con la IA. La más popular hasta ahora es la que ocurre a través de Internet, cuando establecemos una conversación con Inteligencia Artificial montada en un servidor lejano y mediante la nube. Pero la próxima tendencia es que esa interacción la hagamos con IA implementada localmente, en nuestros dispositivos. Debido a la complejidad de algunos procesos, esta manera establecerá nuevos requerimientos mínimos a nuestros sistemas”.
“En el caso de la memoria RAM, visualizamos que los chips tendrán una mayor densidad, de forma que el procesador pueda tener más cerca los datos y con esto reducir la latencia, aumentando la velocidad. El mínimo ya es de 16GB y hemos visto avances muy importantes con el estándar DDR5. Además, recientemente la industria dio otro gran paso: ya es posible combinar memorias RAM de diferente capacidad”, agrega César Sánchez.
En cuanto al almacenamiento, Sánchez afirma que “si ya no lo es hoy, los SSD serán el nuevo estándar, con mejoras permanentes en las velocidades de lectura/escritura, así como el consiguiente aumento de la capacidad. No hay que olvidar que la razón de ser de la IA son los datos, y a mayor complejidad, más espacio se requerirá para poder almacenarlos”.
Un Dilema Ético: La Privacidad de la Información
Una pregunta inevitable que surge al poseer un equipo con Inteligencia Artificial incorporada es: ¿quién además de mí se verá beneficiado con los datos que se generen? Según César Sánchez, “al menos en lo que respecta a un usuario corporativo, que porta en su dispositivo información muy sensible, y más todavía si existen nuevos datos generados por IA que son de tipo confidencial, es muy recomendable incorporar cifrado a su sistema”.
Las tecnologías actuales ya permiten cifrar por hardware -el nivel de encriptación más seguro hasta hoy- una unidad completa como un SSD, o un USB que porta información muy valiosa. Si el dispositivo es sustraído, resulta imposible acceder a los datos sin tener la contraseña, y al décimo intento el contenido es eliminado por defecto.
En definitiva, la llegada de la IA a computadores optimizados para esta tecnología es un paso muy relevante para la industria, moviendo los límites posibles tanto para las tareas que puede realizar un sistema como para el conjunto de componentes que dan forma al ecosistema.