Con motivo del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el 13 de julio de 2024, se busca concienciar a la comunidad sobre la importancia de reconocer y tratar este trastorno neurobiológico del desarrollo. El TDAH se caracteriza por dificultades persistentes en la inatención, impulsividad e hiperactividad, y afecta tanto a niños como a adolescentes y adultos.

En Ecuador, se estima que entre el 3% y el 7% de la población infantil y adolescente podría tener diagnóstico de TDAH, aunque esta cifra varía según las metodologías de evaluación y los criterios diagnósticos utilizados. Este trastorno puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico y las relaciones sociales de los afectados.

Según Nancy Larrea, docente de la Escuela de Psicología de la UIDE, el déficit atencional implica dificultades para enfocarse en estímulos relevantes y para ignorar los estímulos irrelevantes, lo que puede resultar en distracción frecuente, dificultad para seguir instrucciones y tendencia a cometer errores por falta de información. Estos problemas de inatención afectan negativamente el rendimiento escolar y las interacciones sociales.

Por un lado, la impulsividad, definida como «actuar sin pensar», se manifiesta en la dificultad para esperar el turno, interrumpir a los demás durante conversaciones y tomar decisiones precipitadas sin considerar las consecuencias. Esta falta de inhibición puede llevar a problemas en la gestión de emociones y en la regulación del comportamiento en diversas situaciones. Por otro lado, la hiperactividad se refiere a un exceso de actividad motora sin un objetivo claro, manifestándose como inquietud constante, incapacidad para quedarse quieto y dificultad para participar calmadamente en actividades. Este síntoma es más evidente en la infancia y tiende a disminuir con la edad.

Para Larrea, el TDAH tiene una etiología compleja, combinando factores genéticos, neurobiológicos y ambientales. En Ecuador, el diagnóstico y tratamiento del TDAH son realizados por profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras, quienes evalúan los síntomas y su impacto funcional. El tratamiento puede incluir intervenciones no farmacológicas, como terapia conductual, modificaciones en el entorno escolar y estrategias familiares, así como opciones farmacológicas, como el uso de estimulantes para mejorar la atención y la impulsividad.

Por ello, es esencial que las intervenciones se ajusten a las necesidades particulares de cada individuo para mejorar su calidad de vida en todos los ámbitos de desarrollo. Con iniciativas como esta conmemoración, se busca promover el entendimiento y el apoyo necesarios para aquellos que viven con TDAH, fomentando una sociedad más inclusiva y consciente de los desafíos que enfrentan estas personas.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *