Una misión del Banco Mundial, junto a representantes de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (EMAPAG EP), visitó la planta de tratamiento de aguas residuales Las Esclusas. El objetivo fue evaluar el progreso y la implementación de los créditos otorgados para este proyecto, que asegura que las aguas tratadas sean descargadas al río Guayas cumpliendo con las normativas vigentes y contribuyendo a la preservación del ecosistema acuático.
En el recorrido participó el Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, acompañado por otros destacados representantes de la institución. El Gerente de EMAPAG EP, Mario García Cruz, resaltó que esta planta, cuya operación asistida culminó este año a beneficio de 1.1 millones de habitantes del centro y sur de la ciudad, realiza un tratamiento integral de aguas, lodos y gases, marcando un hito en innovación y sostenibilidad en Ecuador.
Diseñada para tratar un caudal de hasta 7.26 metros cúbicos por segundo, la planta de Las Esclusas emplea un proceso de tratamiento que abarca varias fases, desde la coagulación y floculación hasta la digestión anaerobia de lodos y la desinfección. Un aspecto destacable es su capacidad para generar el 60% de la energía que requiere para su funcionamiento, pudiendo llegar a generar el 90%, mediante la cogeneración de biogás, reduciendo así la dependencia de la red eléctrica y contribuyendo a la sostenibilidad energética.
“Nos propusimos lograr que Guayaquil sea la primera ciudad en Ecuador en tener prácticamente el 100% de sus aguas residuales limpias. Esta planta cuenta con tecnología avanzada, alineada con la sostenibilidad y cuidado del ambiente”, puntualizó Jaramillo.
Esta obra de vanguardia, financiada con un crédito conjunto del Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones por USD 205 millones, no solo incluye la planta de tratamiento, sino también la línea de impulsión Pradera-Las Esclusas, las estaciones de bombeo Pradera y Guasmo H, así como la expansión y rehabilitación de redes de alcantarillado sanitario en el suburbio oeste. El crédito cuenta con condiciones favorables, con un plazo de 35 años y tasa de interés por debajo del 4%.
La planta también dispone de un emisario subfluvial para la descarga de aguas tratadas y un sistema de control de olores que asegura el cumplimiento de rigurosos estándares ambientales.
Por otro lado, la planta de tratamiento de aguas residuales Los Merinos, actualmente en construcción, será la mayor obra de ingeniería sanitaria del país y beneficiará a 1.5 millones de habitantes del noreste de la urbe. Con la finalización de ambos proyectos, Guayaquil se acercará a alcanzar la meta de tratar el 100% de sus aguas residuales, contribuyendo significativamente a la preservación de la calidad del agua del río Daule.