En los últimos años, las tarjetas de débito se han impuesto sobre el dinero en efectivo gracias a sus múltiples ventajas. Stalin Espinosa, Especialista Senior de la Unidad de Tarjetas de Banco ProCredit comenta que, “una tarjeta de débito puede transformar la forma de manejar el dinero, ofreciendo seguridad, conveniencia y beneficios adicionales que van más allá de lo que el efectivo puede proporcionar”.
A continuación, el experto aborda algunas de las principales ventajas para fortalecer las finanzas personales mediante el uso de una tarjeta de débito:
1. Seguridad reforzada
La seguridad es una de las principales razones para optar por una tarjeta de débito en lugar de efectivo. Cuando se usa una tarjeta de débito, el riesgo de perder dinero en caso de robo o extravío se minimiza considerablemente. “En caso de pérdida o robo, se puede bloquear la tarjeta de inmediato a través de la aplicación móvil o la línea de atención al cliente, protegiendo así los fondos. Además, al no cargar con grandes sumas de efectivo, se reduce la posibilidad de ser víctima de un asalto”, comenta el ejecutivo de ProCredit.
Por otra parte, tarjetas de débito como la de Banco ProCredit cuentan con filtros de seguridad adicionales. Por ejemplo, la solicitud de un PIN de confirmación para todas las compras presenciales superiores a USD 50, y tecnología de tokenización para encriptar la información durante las transacciones que protegen los datos contra ataques y fraudes. A ello se suman la autenticación de dos factores y el envío de contraseñas de uso único (OTP) cuando es necesario.
2. Practicidad y control financiero
La tarjeta de débito ofrece una comodidad notable al realizar pagos, ya que permite transacciones rápidas y eficientes en la mayoría de los establecimientos, eliminando la necesidad de llevar efectivo. Además, cada transacción queda registrada automáticamente en el estado de cuenta, facilitando el seguimiento de gastos y la planificación del presupuesto. Este registro automático es invaluable para el control financiero personal, permitiendo identificar patrones de gasto y ajustarlos si fuese pertinente.
3. Beneficios económicos y promocionales
El uso de una tarjeta de débito también puede traducirse en ahorros significativos. Muchas tarjetas ofrecen recompensas, promociones y descuentos exclusivos en una variedad de establecimientos. El ejecutivo señala que “en Banco ProCredit, nuestros titulares de tarjetas tienen acceso a nuestra comunidad de beneficios, por lo que pueden revisar los descuentos disponibles y los establecimientos participantes en nuestra página web para aprovechar al máximo estas ofertas”.
4. Impacto ecológico reducido
Optar por pagos electrónicos contribuye a la reducción de la demanda de recursos naturales y energía necesaria para la producción y circulación de billetes y monedas. Al elegir una tarjeta de débito, se contribuye a la disminución de la huella ecológica asociada con la fabricación y manejo de efectivo, apoyando una economía más sostenible.
5. Facilidades para compras en línea y en el extranjero
Las tarjetas de débito facilitan las compras en línea de manera segura y conveniente. La persona puede vincular la tarjeta a aplicaciones móviles como ProCredit Pay para realizar pagos sin necesidad de la tarjeta física. Además, las medidas de seguridad avanzadas, como la autenticación de dos factores y las alertas en tiempo real, aseguran que las transacciones en línea sean seguras.
A nivel internacional, las tarjetas de débito de Banco ProCredit, respaldadas por Mastercard, son aceptadas en numerosos cajeros automáticos y comercios alrededor del mundo. Esto permite hacer retiros en moneda local y realizar pagos directamente desde la cuenta, sin necesidad de llevar grandes cantidades de dinero en efectivo. Asimismo, contar con tasas de cambio competitivas en comparación con los servicios tradicionales de cambio de divisas.
6. Mitigación del riesgo de endeudamiento
A diferencia de las tarjetas de crédito, una tarjeta de débito solo permite gastar el dinero que ya se tiene en la cuenta bancaria, lo cual elimina el riesgo de endeudamiento. Además, al no generar intereses ni cargos por financiamiento, fomenta hábitos financieros responsables y ayuda a mantener las finanzas en orden.
Aunque el efectivo sigue siendo utilizado para pequeñas transacciones diarias, la tendencia global se inclina cada vez más hacia el uso de tarjetas de débito y soluciones de pago electrónico. Estos métodos ofrecen mayor seguridad, comodidad y beneficios económicos, a la vez que contribuyen a la sostenibilidad ambiental. Por ello, adaptar los hábitos financieros a la tecnología actual no solo proporciona ventajas prácticas, sino que también apoya una economía más formal y eficiente.