• Envases de aceite lubricante son retirados de Isla Santa Cruz para proteger la salud y la naturaleza de 16.000 habitantes.
En dos años RECOIL ha gestionado más de tres toneladas de envases de aceites lubricantes del archipiélago para su debido tratamiento y disposición final.
En el 2024 la Asociación Ecuatoriana de Lubricantes (APEL), a través de su iniciativa de economía circular RECOIL, ha retirado eficazmente 2 toneladas de envases de lubricantes usados de la Isla Santa Cruz, archipiélago de Galápagos. Esta acción, realizada en colaboración con autoridades locales y actores privados, evitó la acumulación de residuos peligrosos y contaminación de uno de los ecosistemas más vulnerables del mundo.
Los envases recolectados, considerados residuos peligrosos, han sido trasladados al continente para su trituración y estos materiales serán aplicados a nuevas formas de aprovechamiento para que su ciclo no termine. Estos residuos, al estar impregnados de aceites contaminantes con metales pesados, representan una amenaza para la biodiversidad y la salud de los habitantes locales. Al convertir estos residuos peligrosos en recursos útiles, se protege tanto la biodiversidad como los recursos hídricos, demostrando un compromiso efectivo con la sustentabilidad ambiental y la salud comunitaria, debido a que un solo litro de aceite lubricante puede contaminar hasta un millón de litros de agua.
“La correcta gestión de estos envases evita la liberación de sustancias peligrosas que podrían afectar tanto a la vida silvestre como a los 16.000 habitantes de Santa Cruz,” explicó Valeria Naveda, Gerente de Operaciones de APEL-RECOIL. “El esfuerzo no solo contribuye a la conservación de los recursos naturales, sino también a la protección de la salud pública y a la creación de un entorno más seguro para las futuras generaciones”.
Consecuencias de una mala gestión de residuos peligrosos
La incorrecta disposición de los envases de lubricantes usados representa un grave riesgo para los ecosistemas y las especies que habitan las Galápagos. Al ser desechados de manera inapropiada, los residuos lubricantes forman una capa gruesa sobre el agua que impide la oxigenación, lo cual resulta letal para la vida acuática. Asimismo, el vertido de estos aceites en la tierra causa infertilidad en los suelos, comprometiendo la flora local.
Por otro lado, la quema de estos residuos sin las condiciones técnicas adecuadas genera gases tóxicos que contaminan la atmósfera, poniendo en riesgo la salud de las comunidades locales. Estos impactos negativos podrían haber alcanzado proporciones alarmantes, afectando tanto a la fauna endémica como a las actividades humanas esenciales, como la pesca y el turismo.
«Es de suma importancia hacer una real conciencia sobre la situación ambiental y ejecutar acciones en donde todos los que formamos parte de la cadena logística, tanto las autoridades como empresas, tengamos como gran objetivo un Galápagos libre de residuos», indicó Angela Mendoza, Directora Distrital de Guayaquil del Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos
Este es el segundo retiro de residuos peligrosos en Galápagos, en el 2023 se recuperó 1 tonelada de envases, reafirmando el compromiso de RECOIL con la protección de las Islas Galápagos y sus frágiles ecosistemas. A través del cumplimiento del Acuerdo Ministerial 042 del 2019, emitido por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, la gestión integral de los residuos de lubricantes se convierte en un pilar fundamental para la conservación del medio ambiente.
Esta misión ambiental ha contado con el respaldo y colaboración de organizaciones sociales, públicas y privadas, entre ellas el Gobierno Autónomo Descentralizado de Santa Cruz, junto con agrupaciones de artesanos, el operador de carga Seporgalsa, la naviera Pacific Cargo Line, el buque transportador Pioneer y el gestor autorizado para la recolección y tratamiento de estos residuos peligrosos ADS del Ecuador, trabajo realizado en conjunto que ha logrado la viabilidad de reiterar los residuos desde el archipiélago.