Varias investigaciones han demostrado que la disminución auditiva influye en el deterioro cognitivo, ya que el cerebro deja de recibir las estimulaciones captadas por el sentido del oído. De hecho, consta como uno de los 12 factores de riesgo modificables más importantes para el desarrollo de la demencia, incluido el alzheimer que es el tipo de demencia más común. Esta es la razón por la  que revistas médicas de alto nivel como The Lancet fomentan el uso de audífonos para tratarla.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo. La enfermedad de Alzheimer (EA) es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos[1]. Un estudio de los [2]Archives of Neurology, llamados ahora JAMA Neurology, encontró que, comparadas con personas con audición normal, las personas con pérdida auditiva leve tuvieron un riesgo casi doble de desarrollar demencia. Las personas con pérdida auditiva moderada tuvieron un riesgo triple y las personas con pérdida auditiva grave, un riesgo cinco veces mayor.

En este contexto y por motivo del Día del Alzheimer (21 de septiembre), GAES reflexiona sobre la importancia del cuidado auditivo para prevenir la enfermedad del Alzheimer y comparte recomendaciones para la prevención de esta enfermedad. De hecho, según la [3]Comisión Lancet de 2017 sobre prevención, intervención y atención de la demencia, la modificación de los 12 factores de riesgo podría prevenir o retrasar hasta el 40% de las demencias. Esto quiere decir que la pérdida auditiva tratada a tiempo puede incidir de manera positiva en la reducción del riesgo a padecer EA.

Pero ¿por qué la audición es determinante?  Jennifer Rivas, audioprotesista en GAES, explica que al escuchar, en el cerebro se activan varias funciones cognitivas, como por ejemplo: seleccionar y descartar la información más relevante, asociar conocimientos, entre otros que promueven su estimulación y, por ende, lo fortalecen. Esto evita el deterioro cognitivo. 

Recomendaciones:

La pérdida auditiva relacionada con el ruido es irreversible y, en su mayor parte, prevenible. Esta es la razón por la que es tan crucial proteger los oídos de la exposición excesiva al ruido para evitar la disminución de la capacidad auditiva. Y, al igual que en el caso de la salud general, lo más importante es evaluar nuestra salud auditiva a través de revisiones frecuentes.

«Someterse a revisiones auditivas periódicas es fundamental para detectar precozmente la pérdida auditiva e implementar medidas correctivas. Lo mejor es hacerlo una vez al año, sobre todo a partir de los 60 años. La pérdida auditiva se vuelve cada vez más grave con el tiempo, por lo que es crucial abordarla de manera oportuna», añade la especialista de GAES.

Las investigaciones enfatizan cómo la pérdida de audición es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Es fundamental cuidar los oídos, sobre todo en personas mayores de 60 años cuando suelen aparecer tanto la hipoacusia como la demencia. De esta manera, se puede reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer y mejorar la calidad de vida de las personas.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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