Los efectos de los cortes de luz en la salud de los ecuatorianos es más grave de lo que se ve a simple vista, que es la angustia y preocupación generalizada de la población. Los apagones aumentan la incidencia de los accidentes domésticos y dificultan el manejo en casa de numerosas enfermedades: conservación de la insulina, conexión del oxígeno domiciliario o del dispositivo CPAP o el funcionamiento de camas articuladas son algunas de ellas.
“En el caso de quienes padecen enfermedades crónicas, como problemas cardíacos, diabetes o aquellos que dependen de equipos médicos eléctricos, la situación puede volverse crítica en este contexto. Sabemos también que hay más casos de fracturas por caídas, sobre todo en personas de la tercera edad”, explica la Doctora Lucy García, Gerente Médico de Ecuasanitas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más del 20% de los ecuatorianos sufre de alguna condición crónica, lo que confirma que la falta de electricidad puede agravar su salud. Además, la falta de iluminación adecuada y el estrés causado por los apagones también afectan a la población en general, aumentando el riesgo de accidentes y complicaciones. La Sociedad Ecuatoriana de Cardiología subraya que el estrés prolongado y la interrupción de la rutina diaria pueden agravar las afecciones cardíacas, lo que hace aún más importante mantener la calma y estar preparados.
En este contexto, la especialista de Ecuasanitas brinda algunas recomendaciones claves para prevenir accidentes en casa y proteger el bienestar general de la población durante los cortes de luz.
- Planificar las citas médicas con anticipación: Cuando se padece una enfermedad crónica o catastrófica, como cáncer, problemas cardíacos o insuficiencia renal, es recomendable anticipar las citas médicas y tratamientos. Acudir al prestador médico, que ofrezca servicios de salud integral, para coordinar y gestionar citas de manera prioritaria en momentos de crisis es fundamental. Los pacientes con estas condiciones deben asegurarse de tener a mano los números de emergencia y acceso a asistencia médica a través de su seguro médico en caso de imprevistos.
- Cuidar el bienestar mental: Procurar un ambiente tranquilo entre la familia mediante actividades para compartir momentos de dispersión, ejercicio físico o juegos. En el caso de los más pequeños, es recomendable explicarles la situación de forma calmada para evitar que sientan miedo o inseguridad.
- Armar un botiquín y equipos de respaldo: Para cualquier hogar, pero especialmente para aquellos con personas que requieren atención médica continua, es esencial contar con un botiquín completo, fuentes de energía alternas, baterías adicionales y, en lo posible, un generador de emergencia para equipos médicos como respiradores, oxígeno o refrigeradores de medicamentos.
- Tener los medicamentos y dispositivos al alcance: Es recomendable organizar todas las medicinas en un pastillero, especialmente durante los apagones. Esto facilita el acceso rápido y seguro a las dosis correctas, sin necesidad de buscar en la oscuridad o de depender de una iluminación limitada. Asegurarse de clasificar cada compartimento según el horario y tipo de medicamento es importante, para evitar confusiones y mantener un control adecuado del tratamiento, especialmente en situaciones de emergencia. Asimismo, tener a la mano dispositivos médicos como tensiómetros o glucómetros para monitorear condiciones crónicas es importante para asegurar un mejor control.
- Prever dolencias y accidentes comunes: Es importante estar preparado para tratar dolencias y accidentes comunes. “Para ello es clave considerar analgésicos para dolores de cabeza, fiebre o malestar general, además de medicamentos para problemas digestivos, como antiácidos o antidiarreicos. También es crucial contar con vendas, gasas, alcohol, y desinfectantes para tratar cortes o heridas menores. Si alguien en casa tiene condiciones como asma o alergias, se debe tener los inhaladores o antihistamínicos listos. Para golpes o caídas, considerar compresas frías o gel frío a disposición para reducir la inflamación” añade la Doctora García de Ecuasanitas.
- Cuidar la temperatura y almacenamiento de medicamentos: Medicamentos como la insulina requieren refrigeración constante. En caso de un apagón prolongado, asegurarse de tener a la mano refrigeradores portátiles es crucial, como coolers con bolsas de hielo, o fuentes de energía alternas.
- Comunicación constante: Asegurarse de que los familiares o vecinos estén al tanto de la situación también es importante. Las personas mayores o con movilidad reducida podrían requerir ayuda extra en estas circunstancias.
- Evitar el uso de velas o fuentes de fuego abiertas: Durante los apagones, aunque las velas son una opción común, pueden ser peligrosas si se dejan desatendidas, especialmente en hogares con niños, adultos mayores o mascotas, ya que incrementan el riesgo de incendios al poder volcarse fácilmente. Además, el uso frecuente de velas, especialmente las hechas de parafina, puede liberar sustancias tóxicas como benceno y tolueno, que contaminan el aire y afectan la salud respiratoria. Para evitar estos riesgos, es recomendable optar por linternas o luces recargables, que son mucho más seguras y eficientes para iluminar el hogar sin riesgos de incendio.
- Acceso a servicios de emergencia: Es fundamental tener a la mano los contactos de los prestadores médicos, como el número de emergencias nacional (ECU911), el seguro de salud, médicos de cabecera y farmacias cercanas. En caso de una emergencia durante un apagón, estos contactos permiten acceder rápidamente a la asistencia necesaria. Es recomendable tenerlos anotados en un lugar visible y accesible para todos en el hogar. Además, Ecuasanitas con su red de aliados en servicios médicos de emergencia garantizan atención rápida para sus afiliados, incluso en situaciones de apagón. Si la condición requiere monitoreo constante o tratamientos regulares, es esencial mantener una comunicación fluida con el proveedor de salud y revisar las opciones de telemedicina o consultas en línea para asegurar la continuidad del tratamiento durante cortes de luz prolongados.
Los apagones son una realidad que, lamentablemente, continuará en Ecuador hasta que las condiciones climáticas mejoren. Sin embargo, tomando precauciones y manteniéndonos informados, es posible minimizar los riesgos para la salud.