La mañana del martes 17 de enero, desde el Jardín Botánico, el presidente de la República, Daniel Noboa Azin, anunció un hito histórico: la primera conversión de deuda destinada a la conservación terrestre y de agua dulce en la Amazonía ecuatoriana. Esta operación permitió refinanciar aproximadamente USD 1.530 millones en bonos globales mediante un crédito de USD 1.000 millones con mejores condiciones, lo que reducirá el servicio de la deuda en más de USD 800 millones hasta 2035.
Esta medida no solo generará beneficios financieros, sino también ambientales, al destinar recursos a la implementación del Programa Biocorredor Amazónico (BCA) y sus iniciativas de conservación, protegiendo uno de los ecosistemas más biodiversos y vitales del mundo.
“Ha sido un año de desafíos, pero esto es lo justo con el ambiente, con el planeta y con las futuras generaciones; teníamos que hacer que esto funcione”, declaró el Jefe del Estado, al tiempo que congratuló el trabajo del equipo ministerial para concretar esta conversión de deuda con la que se da inicio al Programa BCA.
Precisamente, el ministro de Economía y Finanzas, Juan Carlos Vega, explicó que esta operación, que se enmarca en una gestión fiscal responsable, permitió refinanciar alrededor de USD 1.530 millones en bonos globales de Ecuador. “Este mecanismo no solo mejora nuestra estabilidad fiscal, sino que posiciona a Ecuador como pionero en desarrollo sostenible”, en beneficio de las generaciones actuales y futuras, enfatizó.
Adicionalmente, asegurará alrededor de USD 460 millones para proyectos sostenibles en beneficio de la Amazonía ecuatoriana y sus comunidades, convirtiéndose en la mayor cifra recaudada en este tipo de transacciones financieras. “Con esta iniciativa, transformamos la deuda en esperanza y la biodiversidad en un legado para la humanidad”.
Este logro fue posible gracias al apoyo de organismos como The Nature Conservancy (TNC), Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo (DFC) del Gobierno de los Estados Unidos, que proporcionó un seguro de riesgo político por USD 1.000 millones; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que otorgó una garantía parcial de liquidez por USD 155 millones; y Bank of América, que actuó como agente estructurador de la nueva operación. La República además se benefició del asesoramiento técnico y legal de Hogan Lovells, Enosis Capital, Centerview Partners, y Global Green Growth Institute.
Galo Medina, representante de The Nature Conservancy Ecuador (TNC) explicó que el BCA es un ejemplo de conservación y desarrollo económico, pues combina la conversión de deuda con herramientas técnicas, políticas públicas y planificación estratégica. “Este será el primer programa centrado en ecosistemas terrestres y de agua dulce; es un modelo de gestión que se convierte en una solución integral diseñada junto a pueblos y comunidades indígenas”, explicó.
Por su parte Diego Inclán, representante del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), dio a conocer que esta entidad que trabaja en la generación de conocimiento para la toma de decisiones informada, respaldó el proceso del BCA mediante asistencia técnica y más de 40 años
de estudio científico de la zona amazónica la cual, según los estudios ejecutados, alberga a más del 10% especies de flora y fauna conocidas hasta el momento. “La biodiversidad debe ser la base del desarrollo, más aún cuando se trata de un país megadiverso como el nuestro”, puntualizó Inclán.
Bajo esta perspectiva, el BCA busca mejorar la gestión de 4,6 millones de hectáreas de áreas protegidas existentes y proteger 1,8 millones de hectáreas adicionales de bosques y humedales; conservar 18.000 kilómetros de ríos y fortalecer la resiliencia climática.
Los recursos generados por esta conversión de deuda serán gestionados a través del Fondo Biocorredor Amazónico. El programa recibirá un promedio de USD 19 millones anuales durante los próximos 17 años.
Inés Manzano, ministra del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, manifestó que el BCA es un modelo de gestión integral que responde de manera estratégica a los grandes desafíos ambientales de nuestro tiempo. “Lo que aspiramos es gestionar mejor los recursos naturales, aumentar la protección a los boques, gestionar lo que ya tenemos y trabajar de la mano de las comunidades para que los beneficios lleguen a territorio”.
Mediante mecanismos innovadores de financiamiento y conservación, este programa coloca a la Amazonía en el centro de una visión transformadora que protege uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta y asegura la resiliencia a largo plazo de Ecuador, la región amazónica y el mundo entero. Toda la información del proceso y de sus avances estará disponible en la página web www.fondobiocorredoramazonico.org