Un año después de la declaración de «conflicto armado interno» por parte del presidente ecuatoriano, la violencia sigue en aumento, obligando a miles de personas a huir de sus hogares. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) denuncia que más de 80.000 ecuatorianos se han desplazado internamente debido a la violencia de grupos delincuenciales organizados, una situación que requiere asistencia urgente.

«Si bien reconocemos los esfuerzos del gobierno para frenar la violencia, las personas desplazadas necesitan ayuda inmediata. Están en una situación crítica», señaló Giovanni Rizzo, director de NRC en Ecuador.

Provincias bajo el yugo del crimen

Las provincias de Esmeraldas, Manabí, El Oro y Guayas se han convertido en epicentros de la violencia. Los grupos delincuenciales imponen un clima de terror con asesinatos, extorsión, reclutamiento de menores y violencia de género a diario.

El desplazamiento no es una opción, sino una necesidad. Las amenazas y la violencia empujan a las familias a huir. Un líder comunitario relató a NRC el caso de una familia extorsionada que, al abandonar su hogar, encontró una dinamita en su puerta como advertencia de muerte.

Las mujeres enfrentan riesgos de violencia sexual y los niños son vulnerables al reclutamiento por parte de los delincuentes. Para muchos, escapar es la única forma de salvar sus vidas.

Urgente respuesta humanitaria

El Consejo Noruego para los Refugiados ha subrayado la necesidad de una respuesta integral, tanto del Gobierno ecuatoriano como de la comunidad internacional, para atender a las personas desplazadas. Esto incluye acceso a protección contra la violencia, alimentos, educación y recursos para reconstruir sus vidas.

«El desplazamiento forzado sigue siendo un problema grave. Las personas desplazadas deben recibir apoyo para sobrevivir y reconstruir sus vidas», enfatizó Rizzo. Sin una respuesta efectiva, la crisis continuará empeorando.

La violencia no da tregua

La tasa de homicidios en Ecuador alcanzó un récord de 47 por cada 100.000 habitantes en 2023, frente a solo 6 en 2018. En 2024, se registraron 6.818 homicidios, aunque con una disminución del 18% en comparación con el año anterior. Sin embargo, la violencia sigue siendo una amenaza constante, especialmente para aquellos que se ven obligados a abandonar sus hogares.

El impacto en la educación

La violencia también afecta a los niños y niñas, dificultando su acceso a la educación. Según la organización ACAPS, los estudiantes enfrentan riesgos de homicidios, extorsión y violencia de género, lo que impide su asistencia regular a la escuela.

La situación de desplazamiento interno en Ecuador es una emergencia humanitaria que requiere atención inmediata para reconstruir sus vidas.

 Giovanni Rizzo destacó: “Si la población desplazada permanece invisible y sin apoyo, no habrá ninguna mejora en la crisis actual”.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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