Por: Mgtr. Emilio Carrillo. Docente de la Universidad Internacional del Ecuador

La ciudad de Guayaquil es uno de los cantones del país que concentra más electores para la jornada a desarrollarse el domingo 9 de febrero del presente año, por lo que históricamente, los candidatos priorizan e impulsan, en todos los momentos del proceso de campaña la ejecución de sus estrategias para sumar votos en la urbe porteña. La sobrecarga de información podría comprometer nuestra salud mental, generando un clima nocivo que también afecta la salud física, las pantallas llenas de noticias y publicidad de campaña en ocasiones llevan a las personas a experimentar cuadros de ansiedad y estados de ánimo negativos, que afectan su desempeño o sus relaciones cotidianas debido a que no toda la información que se reproduce y comparte es verificable, oficial o se ajusta a criterios de regulación que eviten que se pueda afectar la identidad y dignidad de una persona, ocasionando incomodidad y preocupación que se entrelazan además con otros aspectos del diario vivir.

El clima electoral actual en la ciudad y en el país, se gesta luego de que aproximadamente hace un año y medio, los guayaquileños asistieran a las urnas a elegir un nuevo presidente, con todas las expectativas que ello implica. Por otra parte, una gran cantidad de electores, expresan un sentido de satisfacción negativo por la democracia y los partidos políticos, y a diferencia de otros momentos, las elecciones se desarrollan en un estado de guerra interna que ha cobrado miles de vidas inocentes, situaciones que pueden suscitar decepción por las malas experiencias con las decisiones políticas, miedos o mayor incertidumbre respecto al futuro, estrés, tensión y hostilidad acorde al nivel de competencia que puedan reflejar los candidatos, y desde una perspectiva más colectiva, agresividad y violencia por la polarización de la sociedad, sin olvidar la presión y la necesidad de tomar la mejor opción de voto.

Los guayaquileños a pesar de las circunstancias son alegres, carismáticos y le meten ganas a la vida, le dan un significado particular a las cosas que pasan y regatean los malos momentos, sin embargo, no estamos exentos de sentir afectada de diversas formas nuestra salud mental, y ver mermada la esperanza grupal y las aspiraciones personales de vivir en una mejor ciudad para todos. Lo que pensamos y sentimos no se puede separar, contribuye a forjarnos expectativas y convicciones, en cualquier entorno si es necesario. El contexto social/ electoral, desde un sentido personal, amerita fomentar y participar en un ambiente político que atañe a la responsabilidad y el uso de una buena información, y que, en lo colectivo, se exija un clima electoral más seguro, ético y de acuerdos que movilicen las voluntades de los electores.

Cuidar la salud mental ante un clima electoral, debe ser una iniciativa personal, que trasciende los afectos por una propuesta política, el autocuidado implicaría mantener los buenos hábitos de dormir, alimentarse, realizar ejercicio físico y actividades de ocio. Es importante informarnos, pero limitando tiempos de exposición a ciertas noticias o temas que puedan generar una afectación, además de compartir a otros a partir de fuentes que se puedan verificar. Mantener apertura al diálogo y al debate, evitando caer en conflictos innecesarios o que no tienen solución con amigos y familiares, participando de manera positiva, y si es necesario, buscar apoyo con personas de confianza o profesionales de la salud mental.

También, dependiendo del involucramiento e interés en lo político, es necesario sensibilizarnos y tomar conciencia de las problemáticas y situaciones que nos afectan, siendo útil. Se sugiere optar por analizar las propuestas de gobierno de los candidatos y mantener una postura crítica ante ello y las estrategias comunicacionales que nos presentan, con la finalidad de sufragar informados y siendo riguroso sobre las expectativas que podríamos tener, si fuere el caso, disfrutar de algo que sea creado con la finalidad de hacerlo divertido, buscando cuidar el estilo de vida frontal y descomplicado que personifica a los guayaquileños.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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