Por: Katherina Lazo Amores – directora y docente de la Escuela de Psicología UIDE Guayaquil.

San Valentín era un sacerdote que a escondidas casaba a las parejas que se amaban pese a la restricción del emperador en la antigua Roma, cuando fue descubierto lo asesinaron un 14 de febrero, por lo que la iglesia católica lo canonizó ante su muy humana tarea de fomentar el amor y la familia. Más adelante, se asoció este evento con la celebración del día del amor y la amistad, en el cual, en muchos países alrededor del mundo se entregan presentes, flores, cartas y todo detalle que implique la demostración de afecto y amor por una persona específica.

La celebración de San Valentín es considerada por muchos la ocasión perfecta para demostrar amor a su pareja, pasar momentos agradables, amar y reconocerse como ser amado. Sin embargo, ¿qué pasa con las personas que se encuentran sin pareja o sin siquiera iniciar una relación con alguien?, ¿qué hacen el 14 de febrero las personas que están solteras?, ¿cómo viven su soltería o los momentos de soledad?

Algunos centran su atención en la amistad, salen en grupos y se divierten o programan algo divertido en casa, pero otros lo interpretan con mucha negatividad, desgano y tristeza, se aíslan o tratan de minimizar la reacción social y comercial que genera la fecha. La celebración de este día no tiene por qué ser una experiencia negativa o un día para lamentarse o llorar por no contar con una cita o con pareja. La soledad puede marcar un momento especial para reencontrarse con uno mismo, para optar por el crecimiento y amor personal, autovalorarse y autoconocerse puede traernos mucho bienestar emocional.

El bienestar emocional y la salud mental la construimos desde nuestro interior, enfocados en las mejores opciones para mejorar nuestra vida en todo el sentido de la palabra, desde apreciar un pequeño desayuno que te haces para ti misma/o y te gusta, como reír con una película, disfrutar un paseo inclusive bajo la lluvia, o hasta ver los avances de una meta grande que te habías propuesto. La soledad es temporal, por naturaleza somos seres sociales y de una u otra manera estaremos junto a personas en muchos momentos de nuestra vida.

Transformar la soledad para disfrutar de la propia compañía puede convertirse en un momento valioso y de crecimiento personal. ¿cómo hacerlo? Siempre intenta, intenta con todas tus fuerzas y convencido/a de que es lo mejor para ti; en este caso, intenta ver esta fecha como una oportunidad para celebrar el amor en las otras formas en que se manifiesta, el amor a Dios, el amor a tu familia, el amor a tus amigos, a tus compañeros de labores, a los niños, a las mascotas y especialmente el amor propio, date un gusto especial para ti misma/o, convéncete de que no necesitas de otra persona para sentirte especial, ámate a ti misma.

Agradece por todo lo que te ha dado la vida, inclusive esos momentos difíciles que finalmente te dejaron aprendizajes para ti. Reduce la sensación de aislamiento conectando con otros, las redes sociales han sido desde varios años atrás un verdadero aliado para conectar personas, este si es un verdadero momento para usarlas. Cambiar la percepción de soledad como vacío y darle un giro a esa palabra a favor de tu disfrute personal puede hacer la diferencia en esta fecha y para el resto de tu vida.

Autora: Katherina Lazo Amores – directora y docente de la Escuela de Psicología UIDE Guayaquil. Lcda. En Psicología Clínica Magíster en Desarrollo Temprano y Educación Infantil

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *