Por: Mgtr. Ma. Ángeles Solís Tazán – Docente de la facultad Business School UIDE Guayaquil.
San Valentín, la fiesta del amor y la amistad, es un fenómeno mundial que ha transcendido con el paso de los años convirtiéndose en un motor de la economía local y global. El 14 de febrero motiva que los consumidores incrementen sus gastos en productos y servicios alusivos a esta celebración, generando un impacto significativo en diversos sectores como: el gastronómico, floristería, chocolatería, perfumería entre otros.
En el 2023, de acuerdo con datos proporcionados por la National Retail Federation de Estados Unidos, se generó un gasto promedio de $ 193,00 por persona en ese país, siendo el gasto total en San Valentín superior a los $26.000 millones solo en Estados Unidos. En Ecuador, la Cámara de Comercio de Quito, indicó que, durante esta fecha, las ventas en sectores como floristería, restaurantes y joyerías suele aumentar en un 35%.
Un estudio realizado por Deloitte, manifiesta que el 28% de consumidores prefiere invertir en experiencias en lugar de bienes materiales. Esta tendencia ha influido para que las marcas adapten sus estrategias marketeras y publicitarias a las nuevas necesidades de consumo. El comercio tradicional se ha visto impactado por estos cambios, por lo que busca ofrecer experiencias más personalizada y exclusivas. Desde cenas románticas, cuidado y belleza en spa, escapadas a sitios rodeadas de naturaleza han ganado popularidad en los últimos años.
Las redes sociales como punto clave de la interacción en San Valentín
Otros grandes beneficiarios de esta tendencia son el comercio electrónico y las redes sociales. De acuerdo con un informe de Statista, en los últimos cinco años las compras online por San Valentín han aumentado en un 25%, impulsadas por la facilidad e interacción entre marcas y consumidores. En el caso de Ecuador, varias plataformas reportan incrementos entre el 30% y 40% en búsquedas de regalos o detalles para esta fecha.
El 14 de febrero se ha convertido en un claro ejemplo de cómo el amor y las emociones impulsan la economía. Las marcas aprovechan el marketing emocional para conectar con sus audiencias, utilizando campañas personalizadas y promociones atractivas. En este sentido, las redes sociales y la inteligencia artificial han revolucionado la forma en que las empresas llegan a sus clientes, permitiendo segmentaciones más precisas y mensajes más efectivos
San Valentín es mucho más que una fiesta de amor se ha convertido en un fenómeno que impulsa de manera positiva el comercio global modificando hábitos de consumo. Las empresas deben entender que la clave está en adaptarse y ofrecer productos y servicios personalizados que conecten mejor de manera emocional con los consumidores.