• Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión y la ansiedad generan pérdidas anuales aproximadas de $1 billón en productividad a nivel mundial.
  • Estudios de la Asociación Americana de Psicología revelan que implementar programas de bienestar mental, puede reducir el ausentismo laboral hasta en un 30% y aumentar la productividad en un 12%.

La salud mental en el trabajo ya no es un tema secundario, se ha convertido en un factor clave para el éxito empresarial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión y la ansiedad generan pérdidas anuales de aproximadamente $1 billón en productividad a nivel mundial. En Ecuador, se estima que uno de cada cinco trabajadores enfrenta algún tipo de trastorno mental, lo que afecta su rendimiento y el desempeño de las organizaciones.

A pesar de ello, el acceso limitado a servicios especializados, la falta de información y el estigma social impiden que muchos colaboradores busquen el tratamiento necesario, impactando tanto su bienestar como la competitividad de las empresas.

La situación afecta tanto a los individuos como al éxito de las empresas. La falta de atención adecuada a estos problemas puede derivar en mayores tasas de ausentismo, disminución del rendimiento laboral y una afectación directa a la competitividad de las organizaciones. Por esta razón, abordar la salud mental en el lugar de trabajo se ha convertido en una prioridad tanto para empleadores como para el sector salud.

Las cifras son claras, estudios de la Asociación Americana de Psicología demuestran que implementar programas de bienestar mental puede reducir el ausentismo laboral hasta en un 30% y aumentar la productividad en un 12%. Iniciativas como la asesoría psicológica y las terapias de manejo del estrés no solo mejoran la calidad de vida de los trabajadores, sino que también fortalecen la cultura organizacional y reducen la rotación de personal.

Julio Tarré, Gerente General de Plan Vital, enfatiza que brindar acceso a servicios de salud mental dentro de las empresas contribuye tanto al bienestar emocional de los empleados como al éxito económico de las organizaciones. “En un entorno cada vez más competitivo, invertir en la salud mental es una decisión estratégica que genera beneficios a largo plazo para las personas y el sector empresarial”, concluyó.

Con este panorama, el cuidado de la salud mental se presenta como una inversión estratégica para las empresas que desean mejorar su rendimiento y retener talento. La atención integral a la salud mental no solo contribuye al bienestar individual, sino que también genera un impacto positivo en los resultados financieros y en la sostenibilidad de las organizaciones a largo plazo.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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