Cada 22 de abril, el Día Mundial de la Tierra nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestro planeta y asumir la responsabilidad colectiva de protegerlo para las generaciones futuras. En la industria de snacks y alimentos procesados, se estima que hasta el 20% de la producción total se convierte en residuos, generando un impacto ambiental significativo si no se gestionan adecuadamente.

Además, según la FAO, la implementación de prácticas agrícolas sostenibles no solo aumenta la productividad en un 50%, sino que también reduce los residuos en un 25%, lo que demuestra el poder transformador de estas iniciativas. Frente a este desafío, OLÉ ha adoptado un modelo de gestión sostenible, enfocándose en el aprovechamiento responsable de sus residuos orgánicos.

Bajo su programa “Del Campo al Campo”, la compañía transforma los residuos orgánicos generados en la planta en compost de alta calidad. Gracias a una alianza con la empresa Anuna, cada mes se convierten alrededor de 30 toneladas de desechos en abono orgánico, el cual se distribuye gratuitamente entre pequeños agricultores en diversas regiones del país.

Este compost no solo mejora la fertilidad del suelo y la calidad de los cultivos con un aumento comprobado de hasta el 30% en la producción agrícola, sino que también cierra el ciclo de los alimentos, devolviendo a la tierra lo que de ella provino. Actualmente, más de 280 agricultores de provincias como: Imbabura, Santo Domingo y Manabí forman parte de esta cadena de valor sostenible.

“El compromiso con la comunidad y el medioambiente es un eje central de nuestro modelo de operación”, señala Pedro Vega CEO Productos OLÉ. “La sostenibilidad no es una tendencia, es una responsabilidad que asumimos como parte de nuestra forma de hacer empresa y de contribuir al desarrollo del país”.

En línea con este compromiso, desde 2024, OLÉ ha dado un paso firme hacia la sostenibilidad al operar su planta de producción con un 100% de energía eléctrica proveniente de paneles solares, marcando un avance significativo en la descarbonización de sus operaciones. Además, la compañía ha integrado tecnología de vanguardia para el tratamiento de aguas residuales, garantizando que el agua utilizada en sus procesos regrese limpia al medioambiente.

A través de estas iniciativas, el sector empresarial no solo impulsa la sostenibilidad ambiental, sino que también desempeña un papel clave en la conservación de los suelos y la protección de los ecosistemas.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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