Los estudiantes permanecen en clases virtuales desde el 9 de enero de 2024 por disposición del Ministerio de Educación, luego de la declaratoria de “conflicto interno armado” por parte del gobierno de Daniel Noboa. Desde esa fecha, se han monitoreado más de 15 mil unidades educativas e identificado 36 casos de ingresos de personas no autorizadas a las sesiones.
La alerta fue levantada por la Unión Nacional de Educadores, que publicó en su cuenta de X un video en el que se observa a un joven ingresar a una clase virtual de noveno de básica y emitir insultos, además de mostrar un arma. Casos similares se habrían presentado en otras provincias del país los días 11 y 12 de enero, por lo que exigieron al Ministerio de Educación se realice un seguimiento exhaustivo para establecer protocolos en este tipo de situaciones.
Desde la cartera de Estado, se explica que no se trata de ataques cibernéticos a la plataforma de aulas virtuales establecido por el Ministerio de Educación, es un ingreso no autorizado a las clases virtuales a través de los links que se distribuyen a la comunidad educativa para que los niños y jóvenes puedan recibir sus clases.
Frente a esto, se ha dispuesto la depuración de las claves de los usuarios de estudiantes y docentes para así evitar intrusiones a las clases virtuales, y en el momento de identificar el ingreso de una cuenta no autorizada, el docente tiene la directriz de cerrar la sesión y reportar a sus superiores para activar el acompañamiento respectivo, tanto judicial como socio emocional y psicosocial a docentes y estudiantes.
Según la sicóloga Carla Zambrano, el tema genera preocupación porque una de las principales razones por las cuales se cambió las clases a la virtualidad fue por seguridad, “y si estos espacios, que en teoría estaban pensados para dar seguridad no son lo suficientemente seguros, entonces genera una sensación de desolación y la idea de que no hay ningún lugar seguro para lidiar con lo que nos está pasando”.
La profesional explica, que estos hechos nos ponen en alerta, a nivel emocional y físico, por lo que se debería realizar seguimiento, en especial si las personas ya tenían un antecedente de depresión, ansiedad u otro trastorno. Estas personas deberían recibir apoyo inmediato y en general toda la comunidad expuesta.
También sugiere cuidar el exceso de información y consumo de noticias sobre hechos violentos.
“Lo que pueden hacer las familias es hablar sobre estas circunstancias, brindar un espacio seguro en la casa, que los cuidadores principales puedan dar un lugar seguro simbólico”, enfatiza Zambrano.
El Ministerio de Educación asegura que si se ha realizado esta contención emocional, y también se ha capacitado a los docentes en otros aspectos para minimizar los riesgos, en temas de continuidad educativa en situaciones de emergencia, lineamientos de acompañamiento socio emocional y psicosocial en emergencias y el rol del docente en situaciones de emergencia.
Fuente: Radio Pichincha