• “El maracuyá es un cultivo muy rentable y por eso lo cultivo desde hace más de 10 años” aseguró Luis Alban, productor de maracuyá de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Luis Albán, afirma con determinación que producir la “fruta de la pasión” es poco exigente, lo que se traduce en una rentabilidad atractiva para los productores. Su experiencia avala esta afirmación, pues ha constatado que, con los cuidados adecuados hay cosechas abundantes.

“Es un cultivo fácil mientras se haga todo bien desde el principio”

Más allá de la rentabilidad económica, Luis Albán destaca el positivo impacto social que genera cultivarlo en su comunidad. Él mismo da testimonio de esto, pues brinda empleo a cuatro familias de la zona, contratando entre 16 y 20 personas de manera directa e indirecta, vecinos y familiares de los trabajadores.

El cultivo de maracuyá se caracteriza por ser de gran importancia para la agricultura familiar ecuatoriana. En el año 2022, este rubro representó el 0.6% de la superficie total cultivada en el país, incluyendo tanto cultivos permanentes como transitorios.

Las principales provincias productoras de maracuyá en Ecuador son Manabí, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayas y Los Ríos. En estas zonas, la Unidad Productiva Agropecuaria tiene un promedio por productor de 2.5 a 3 hectáreas.

Relativa baja inversión

El establecimiento de una plantación de maracuyá requiere una inversión inicial moderada, haciéndolo accesible para pequeños y medianos agricultores. Es así que la inversión inicial oscila alrededor de los USD $2500 a $ 3000 hasta iniciar la cosecha.

“El cultivo se sigue cuidando con lo que genera. En los primeros meses después de la siembra, se recupera lo invertido en preparación del terreno, compra de semilla, postes, alambre, fumigaciones, fertilización, prácticas culturales” apunta Albán.

Mecanismo de producción

La ´plantación comienza con una preparación adecuada del suelo. Se deben realizar surcos para drenar el exceso de agua, ya que la humedad incontrolada es el principal enemigo de esta enredadera. El siguiente paso crucial es la selección de un vivero certificado para adquirir plántulas de alta calidad.

Albán, recomienda una siembra en densidad alta, con 833 a 1000 plántulas por hectárea. Esta estrategia asegura que, si alguna planta muere, otras crecerán rápidamente para ocupar su lugar, manteniendo una producción constante.

Una práctica innovadora que sugiere Albán, es la implementación de siembras escalonadas. De esta manera, cuando una plantación termina su ciclo productivo, la siguiente ya está en condiciones de cosechar, garantizando un suministro continuo de maracuyá durante todo el año.

Un ejemplo ilustrativo de este enfoque, lo encontramos en la misma finca de 5 hectáreas de Luis Albán. En ella observamos diferentes etapas del cultivo: algunas parcelas ya están en plena cosecha, otras están comenzando a producir y otras se encuentran en la fase de .desarrollo vegetativo. Esta distribución asegura un flujo constante de maracuyá a lo largo del año, optimizando la rentabilidad del cultivo.

Rentabilidad

“El maracuyá da dinero todas las semanas”.

El producir la fruta amarilla ofrece atractivas oportunidades de negocio para los agricultores ecuatorianos. Su alta demanda, tanto en el mercado fresco como procesado, garantiza la venta de la cosecha. Además, su ciclo de cultivo relativamente corto permite obtener ingresos de manera constante.

“Cosechamos fruta dos veces por semana porque las matas cargan permanentemente, se maneja buena

calidad del producto y eso que no estamos con alta temporada de sol”.

Alban asegura que nunca se ha quedado con fruta sin vender. “Siempre hay compradores los 365 dias del año”. El pago es inmediato. Se recoge del suelo la fruta caída, se entrega al comprador y/o Centro de Acopio certificado, la pesa y cancela en ese momento.

Impacto del clima en los costos de producción del maracuyá

Asegura el experimentado cultivador, que los costos de producción se ven significativamente afectados por las variaciones climáticas. Las fuertes lluvias pueden reducir la producción al favorecer la proliferación de insectos – plagas y enfermedades, lo que aumenta los costos de mano de obra y productos fitosanitarios.

Por el contrario, durante el verano, la producción suele ser más abundante, lo que se traduce en menores costos por unidad de fruta cosechada. Además, las condiciones climáticas secas reducen la incidencia de problemas fitosanitarios, disminuyendo la necesidad de fumigaciones y mano de obra.

Cultivo asociado, da más éxito

Incorporar el maracuyá a la rotación de cultivos no solo aporta rentabilidad, sino que también diversifica la producción, reduciendo el riesgo de mantener un solo producto. Luis tiene su cultivo de maracuyá asociado con malanga para aprovechar el espacio y recursos. De esta manera obtiene mayor

rentabilidad. “El mismo abono foliar y fungicida que aplicó le cae bien a ambas. No se invierte en un

solo cultivo sino en dos al mismo tiempo.

Asesoría Técnica

Luis Albán, productor de maracuyá, ha logrado un éxito rotundo en su cultivo gracias a la valiosa asesoría técnica gratuita que ha recibido de Farmagro y Quicornac. Estas empresas, expertas en el manejo del cultivo, le han brindado las herramientas y conocimientos necesarios para enfrentar los desafíos del campo, incluyendo los efectos del cambio climático.

Por otro lado, Farmagro ha proporcionado a Albán recomendaciones claves para obtener una buena producción y calidad de fruta de maracuyá. Entre ellas la selección de una buena planta, manejar una adecuada densidad de siembra, y priorizar la salud del suelo e implementar prácticas amigables con el medio ambiente.

DATOS

Según datos del ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la producción bruta de maracuyá alcanzó las 56,104 toneladas, en una superficie cosechada que bordeó las 7,694 hectáreas.

En los últimos años, la tendencia de la producción y rendimiento ha sido variable y los precios del maracuyá a nivel internacional, presentan un comportamiento fluctuante. En tanto que, los precios nacionales más altos a nivel de productor se registraron en los meses de junio, octubre y noviembre.

Para el año 2022, el 85 % de las exportaciones de maracuyá y derivados tuvo como destino los Países Bajos y Estados Unidos.

Un cultivo con potencial exportador

Ecuador es uno de los principales proveedores de maracuyá a nivel mundial. La fruta ecuatoriana es apreciada por su calidad y sabor, lo que la convierte en un producto de alta demanda en mercados internacionales como Europa, Estados Unidos y Asia.

El cultivar maracuyá tiene un futuro prometedor en Ecuador. Su potencial productivo, rentabilidad y demanda en el mercado la convierten en una opción atractiva para los agricultores que buscan diversificar sus ingresos y aprovechar las oportunidades que ofrece el agronegocio mundial.

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Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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