En los últimos días, Ecuador ha experimentado un clima inestable. El INAMHI ha pronosticado índices máximos de radiación ultravioleta durante las mañanas, mientras que por las tardes las lluvias ligeras se apoderan de las diferentes ciudades. Estos cambios drásticos no solo afectan la salud en general, sino que también tienen un impacto significativo en la salud de la piel.

Con el cambio constante de clima, donde el sol intenso durante el día da paso a lluvias por la tarde, la piel se vuelve particularmente vulnerable. Según la doctora Paola Salazar, dermatóloga del Hospital de los Valles, los efectos en la salud cutánea pueden ser severos, especialmente cuando se combina con factores como la contaminación, el humo, el clima seco y la lluvia prolongada.

El clima seco, tanto en zonas cálidas como frías, tiende a disminuir la humedad relativa del ambiente, lo que provoca que la piel pierda agua más rápidamente. Esto afecta a personas de todas las edades, causando rigidez, aspereza y picazón. La Dra. Salazar, explica que la piel pierde su elasticidad y se vuelve más propensa a desarrollar grietas, enrojecimiento o incluso sangrado en casos más extremos. Estos síntomas son más evidentes en la piel expuesta, como el rostro, las manos y los brazos.

Por ello, es crucial establecer una rutina de cuidado de la piel adaptada a las variaciones climáticas. La especialista recomienda:

  • Realizar diariamente una limpieza suave del rostro
  • Usar agua fría o tibia durante la limpieza, no agua caliente, puesto que puede despojar a la piel de sus aceites protectores
  • Realizar la exfoliación una o dos veces por semana para eliminar las células muertas y permitir que los productos hidratantes penetren mejor.
  • Aplicar una crema hidratante dos veces al día, especialmente después de la limpieza facial.
  • Usar productos que contengan ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o ceramidas, estos con efectivos para retener la humedad.
  • Beber suficiente agua durante el día es fundamental para mantener la piel hidratada desde el interior.
  • Importante el uso del protector solar con un SPF mínimo de 30, cada dos horas incluso en días nublados o durante las lluvias, los rayos ultravioletas pueden penetrar la piel y causar daño.

Además de las medidas de cuidado diario, la doctora subraya que la alimentación juega un rol crucial en la salud de la piel. «Incorporar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón, y antioxidantes como el betacaroteno, presente en zanahorias y albaricoques, ayuda a fortalecer la barrera cutánea y a prevenir la sequedad. Es igualmente importante moderar el consumo de alcohol y cafeína, ya que ambos deshidratan el cuerpo y, por ende, la piel«, explica la especialista.

Para quienes padecen afecciones preexistentes como dermatitis o psoriasis, los cuidados deben ser aún más estrictos. «Es esencial utilizar productos hipoalergénicos, libres de fragancias y alcohol, para evitar reacciones adversas. Además, se debe limitar el tiempo de exposición al agua y aplicar generosamente cremas hidratantes, ya que estas condiciones suelen debilitar la barrera cutánea«, añade la dermatóloga.

La doctora Paola también resalta que las fluctuaciones extremas de temperatura y la exposición a los rayos UV no solo intensifican la resequedad, sino que aceleran el envejecimiento y agravan afecciones dermatológicas existentes. Por ello, destaca la importancia de adaptar las rutinas de cuidado personal a estos cambios climáticos para proteger eficazmente la salud de la piel.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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