Según la Organización Mundial de la Salud, la menopausia se entiende como la interrupción del ciclo menstrual durante un periodo de 12 meses, debido a que los ovarios dejan de funcionar. Esta etapa puede desarrollarse durante los 45 y los 55 años. En Ecuador, estudios recientes indican que alrededor del 30% de las mujeres en la menopausia experimentan cambios emocionales significativos.

Durante la menopausia, los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen drásticamente. Estas hormonas no solo regulan funciones reproductivas, sino que también desempeñan un papel vital en la neurotransmisión y en la regulación del estado de ánimo. La caída en los niveles de estrógeno puede alterar la química cerebral, aumentando la vulnerabilidad a trastornos anímicos, como la depresión y la ansiedad.

La sintomatología que se presenta durante esta etapa es la disminución del interés sexual o cambios en la respuesta sexual, acompañados de dolores de cabeza, irritabilidad, tristeza, insomnio, dificultades de concentración y en algunos casos existe la presencia de dolores articulares. Adicional, la presión social sobre la apariencia y el envejecimiento contribuye a un aumento de la ansiedad y puede afectar la autoestima.

Sin embargo, a pesar de que la depresión en la menopausia es un tema relevante, la falta de conciencia sobre este problema puede llevar a muchas mujeres a no buscar la ayuda necesaria. Es crucial que los profesionales de la salud reconozcan estos síntomas y ofrezcan un enfoque integral que incluya tanto el tratamiento físico como el apoyo psicológico. La Dirección Médica de Laboratorios Bagó, realiza las siguientes recomendaciones para combatir los síntomas:

  • Alimentación balanceada: incorporar alimentos ricos en calcio, vitamina D y fibra. De igual manera, las frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras son esenciales.
  • Hidratación: beber suficiente agua para mantener la piel hidratada y reducir los sofocos.
  • Ejercicio regular: la actividad física, como caminar, nadar o practicar yoga, puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar el estado de ánimo.
  • Técnicas de relajación: practicar meditación, respiración profunda para manejar el estrés y la ansiedad.
  • Suplementos vitamínicos:  el uso de fitoestrógenos, como la soja, o suplementos de omega-3 y vitamina E, son útiles para el alivio de los sofocos en las mujeres posmenopáusicas.
  • Terapia hormonal: consultar con tu médico sobre la terapia de reemplazo hormonal, si los síntomas son severos.
  • Soporte psicológico: compartir tus experiencias con amigas o grupos de apoyo; hablar sobre tus sentimientos puede ser muy liberador.
  • Dormir bien: establecer una rutina de sueño regular, mejorar las capacidades neuroconductuales.

Sin duda, la menopausia es una etapa natural que todas las mujeres atraviesan. A pesar de los desafíos que puede presentar, también ofrece la oportunidad de realizar cambios positivos en el estilo de vida. Es recomendable consultar a un especialista si experimentas alguno de estos síntomas, ya que podrá indicar el tratamiento más adecuado para cada caso.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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