El uso de pirotecnia provoca lesiones que, en muchos casos, son irreversibles. Por ello, resulta fundamental no subestimar los riesgos y extremar las precauciones, ya que la vida de un niño puede cambiar en cuestión de segundos.
Durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, las quemaduras, traumas oculares y amputaciones pueden prevenirse alejando a los niños de cualquier manipulación de fuegos artificiales. Es importante destacar que los heridos no siempre son quienes manejan la pirotecnia; de hecho, un estudio internacional revela que casi la mitad de las personas lesionadas por fuegos artificiales son simples espectadores.
La Dra. Anita Soria, médico tratante de la Unidad de Quemados del Hospital de Niños Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia advierte:
“Tenemos acceso a fuegos artificiales, pero debemos concientizar a la ciudadanía en esta época de fin de año, donde se incrementan los accidentes por su manipulación. Las secuelas no solo afectan la piel, también dejan marcas psicológicas profundas. Las heridas físicas cicatrizan, pero las del alma pueden durar toda la vida. Existen casos de amputaciones donde los pacientes atraviesan un duelo al perder una parte de su cuerpo”.
El Hospital de Niños Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia, cuenta con una Unidad de Quemados especializada que brinda soporte en estos casos particulares. Según estadísticas del hospital, durante el año 2023 se han registrado 13 casos de lesiones por pirotecnia, de los cuales 4 requirieron hospitalización y 9 fueron tratados de forma ambulatoria y en lo que va del 2024 se han registrado 3 casos ambulatorios.
La Dra. Soria, subraya la importancia del equipo multidisciplinario del hospital, que ofrece atención integral a los pacientes, abarcando no solo el tratamiento físico, sino también el soporte emocional y el acompañamiento familiar, factores clave para lograr una recuperación más rápida y mejorar la calidad de vida.
La prevención es fundamental. El uso inadecuado de fuegos artificiales puede tener consecuencias devastadoras, especialmente en los más pequeños. Por ello, en esta temporada festiva, prioricemos la seguridad y evitemos tragedias prevenibles.