Cada 4 de febrero la invitación se abre para reflexionar y tomar acción frente a una enfermedad que deja huellas profundas en la sociedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en 2025, 20.3 millones de personas serán diagnosticadas con cáncer, siendo el cáncer de pulmón el de mayor mortalidad a nivel mundial. Además, 1 de cada 5 personas enfrentará el cáncer en algún momento de su vida y aproximadamente 1 de cada 9 hombres y 1 de cada 12 mujeres mueren a causa de esta patología.

En Ecuador, la situación también es alarmante. Según el Registro Nacional de Tumores de SOLCA Quito, en 2020 se reportaron 29.273 nuevos casos de cáncer, de los cuales 15.123 fallecieron por esta causa, y las proyecciones para 2040 estiman que esta cifra podría casi duplicarse, alcanzando los 53.701 casos anuales.

Este año el Observatorio Global del Cáncer (Globocan), estima que en el país se diagnosticarán más de 30,000 casos nuevos de cáncer entre los cuales los más comunes son cáncer de mama con 4,038 casos, próstata con 3,567 casos y estómago con 2,779 casos. Este último toma mayor relevancia al ser el cáncer con mayor tasa de mortalidad en el país con 2,265 muertes estimadas para el 2025.

¿Cómo hacer frente a esta realidad?

Es importante recordar que el cáncer no solo afecta al paciente, sino también a quienes lo rodean: familias, amigos y comunidades enteras. Sin embargo, la detección temprana y un acceso oportuno a tratamientos pueden marcar una diferencia crucial, incluso entre la vida y la muerte. Lamentablemente, en Ecuador, muchos pacientes enfrentan largos periodos de espera, de hasta cinco meses, para obtener un diagnóstico definitivo, según una investigación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Pero hay esperanza. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Ecuador lidera América Latina en el tratamiento del cáncer infantil y adolescente gracias a alianzas internacionales que aseguran el acceso a medicamentos esenciales. Este es un ejemplo claro de lo que se puede lograr cuando existe un trabajo colaborativo con un objetivo en común.

En la lucha contra el cáncer, farmacéuticas multinacionales como Roche han introducido tratamientos innovadores al Ecuador, como Tecentriq, para pacientes con cáncer de pulmón, o Gazyva y Polivy, para tratamientos en el ámbito de Hemato Oncología, para pacientes con Linfoma Difuso de Célula Grande (LDCG) o Leucemia Linfática Crónica (LLC).

Además, han desarrollado anticuerpos monoclonales en formulaciones subcutáneas (creados en laboratorio) que han proporcionado tiempo de calidad para las personas gracias al impacto positivo en el sistema inmune, ayudándole a reconocer y destruir las células tumorales; han implementado terapias dirigidas para comprender de manera integral la enfermedad, sus complejidades y su impacto en los pacientes; se ha realizado un perfilamiento genómico, que permite entregar un diagnóstico molecular y tratar el cáncer de manera personalizada; han aplicado inmunoterapia, que no se enfoca en el tumor como lo hacen los tratamientos tradicionales, sino que se dirige al sistema inmunitario; y han aplicado tratamientos oncológicos agnósticos que se centran en un cambio genético y se usan para atacar tumores raros y difíciles de tratar.

Finalmente, en 2024, lograron que 1,000 mujeres de zonas rurales, que nunca antes se habían realizado una mamografía, pudieran acceder a este examen que es esencial para su salud.

La prevención está en nuestras manos.

Adoptar pequeños cambios en nuestro día a día puede marcar una gran diferencia. Llevar una dieta equilibrada, mantenernos activos, evitar el tabaco y el alcohol y participar en programas de detección temprana son pasos clave para reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer. Además, vacunarse contra el virus del papiloma humano (VPH) y la hepatitis B puede prevenir tipos específicos de esta enfermedad.

Por parte de las empresas farmacéuticas y el gobierno, el desarrollar innovación y alternativas de calidad por y para los pacientes puede salvar la vida de miles alrededor del mundo. El trabajo en conjunto y el apoyo a proyectos liderados por organizaciones sociales es fundamental para brindar asistencia a las personas que padecen esta patología.

En este sentido, es necesario fortalecer las políticas públicas, para apuntar a mejorar las acciones preventivas y tener un diagnóstico y tratamiento oportuno, personalizado y eficiente.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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