Con un gasto público en salud que representa solo el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), Ecuador se encuentra por debajo del 6% recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para garantizar una cobertura universal de salud. Este déficit coloca en riesgo el acceso equitativo y progresivo a la atención médica para millones de ecuatorianos, y limita el desarrollo social y económico del país.

Según datos del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP), la inversión per cápita en salud ha mostrado un crecimiento insuficiente en los últimos cinco años, con un aumento anual promedio del 2.3% en contraste con la inflación del sector.

El fortalecimiento del sistema de salud debe ser una prioridad para el nuevo gobierno, no solo como una obligación constitucional, sino como una inversión estratégica para el futuro del Ecuador. La Constitución establece incrementos anuales progresivos de al menos el 0,5% del PIB en el presupuesto de salud, pero el avance ha sido lento frente a la creciente demanda de servicios médicos y los retos que dejó la pandemia.

La salud: clave para el desarrollo económico y social

Estudios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resaltan que los países con sistemas de salud sólidos no solo garantizan una mejor calidad de vida, sino que también reducen los costos sociales, aumentan la productividad laboral y contribuyen al crecimiento económico.

En Ecuador, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 30% de la población carece de acceso regular a servicios de salud, lo que evidencia la necesidad de fortalecer el sistema público.

El rezago en inversión sanitaria en el país se refleja en los retrasos en el acceso a tecnologías, terapias innovadoras y diagnósticos oportunos. Según un informe del MSP de 2024, la cobertura de medicamentos esenciales alcanza solo al 65% de la población, mientras que la atención primaria presenta un déficit del 18% en infraestructura hospitalaria, especialmente en zonas rurales.

En países como Brasil, Uruguay y Colombia, la adopción de herramientas como los Acuerdos de Evaluación de Resultados (MEAs, por sus siglas en inglés) ha permitido optimizar los recursos del sistema de salud público y mejorar el acceso a tratamientos de alto impacto. En Ecuador, la Superintendencia de Control de Poder de Mercado ha recomendado la implementación de mecanismos similares para eficientar el uso del presupuesto de salud.

Un llamado a la acción para construir un sistema de salud sostenible

Para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema nacional de salud, es urgente adoptar mejores prácticas internacionales, promover políticas que prioricen la innovación y aumentar la asignación presupuestaria para la salud pública.

El futuro del Ecuador depende de decisiones claras y efectivas: transformar la salud en una prioridad nacional permitirá construir una sociedad más equitativa, productiva y resiliente ante los desafíos del futuro.

Por Yazmín Bustán

Feminista. Trabajando en visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres,

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