• Se estima que cerca de un 40% de las personas con diabetes tipo 2 desarrollarán enfermedad renal crónica.1
• La finerenona es un nuevo medicamento enfocado en disminuir la progresión de la enfermedad renal crónica en pacientes diabéticos tipo 2 con riesgo cardiovascular.
Tener riñones saludables y eficientes es esencial para mantener nuestro organismo en óptimo estado. Estos pequeños órganos, ubicados debajo de la caja torácica, son los principales encargados de expulsar todos los desechos y sustancias perjudiciales de nuestro sistema, para así asegurar su correcto funcionamiento.
La enfermedad renal crónica es el trastorno de los riñones provocado por distintas enfermedades, entre ellas la diabetes, que ocasiona que estos no puedan filtrar la sangre correctamente. Las cifras mundiales más recientes estiman que, del total de personas diabéticas, el 90% están clasificadas como tipo 2; y, de estos, dos de cada cinco; es decir, alrededor de un 40%, desarrollarán enfermedad renal crónica2, reduciendo la expectativa de vida del paciente en unos 16 años. Además, las personas diabéticas que mueren debido a complicaciones de la enfermedad renal crónica, por lo general, fallecen por infartos del corazón o el cerebro y otras causas cardiovasculares.3
Datos de la organización internacional sin ánimo de lucro World Kidney Day informan que el 10% de la población mundial padece enfermedad renal crónica, que, si no se trata, puede ser mortal. Además, la falta de conocimiento sobre ella limita su lucha y aumenta la mortalidad asociada a ella.4 Es por esto que, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la importancia de la enfermedad renal crónica (ERC), cada segundo jueves de marzo, se conmemora el “Día Mundial del Riñón”.
Los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad son: presión arterial alta, obesidad y sedentarismo; además, niveles de azúcar en sangre descontrolados y en la medida que avanzan los años, ser diabético.5
La enfermedad renal crónica en un paciente con diabetes tipo 2 es una complicación muy grave, por lo que es importante detectarla a tiempo para tratarla y brindarle al paciente calidad de vida.
¿Cómo la diabetes causa enfermedad de los riñones?
Cada riñón está formado por millones de filtros pequeños llamados nefronas. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre causados por la diabetes, dañan los vasos sanguíneos de los riñones y las nefronas, cesando su funcionamento. Por lo general, la enfermedad crónica de los riñones no provoca signos ni síntomas en sus etapas iniciales.
“El daño renal es silencioso; el paciente en general no va a sentir nada. Muchas veces el paciente acude a su médico cuando presenta algún síntoma y esto puede ser cuando el paciente empieza a acumular líquido; es decir, tiene la cara, los párpados, las manos hinchadas, dificultades para orinar u orina muy poco, presenta fatiga, náuseas, vómitos, picazón constante en la piel. Estas son señales que se presentan cuando la enfermedad está muy avanzada”, explicó el Dr. Chávez.
Para detectar la enfermedad renal crónica, es indispensable realizarse hacerse los exámenes recomendados por el médico tratante: un examen de orina para identificar presencia de la proteína albúmina; y, otro, llamado creatinina, para saber si los riñones mantienen su función de filtrado.6 Estos exámenes deberían hacerse, al menos, una vez al año para que el médico los valore y le de seguimiento a la enfermedad.
La enfermedad renal crónica en personas diabéticas que no es tratada a tiempo y adecuadamente, puede empeorar y convertirse en una insuficiencia renal terminal; donde el paciente necesitará diálisis periódica (tratamiento de la insuficiencia renal en fase terminal para eliminar sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no lo pueden hacer7); o, recibir un trasplante de riñón para sobrevivir.8
En Sudamérica, la prevalencia de diabetes y de ERC en estadios terminales (ERCT) incrementó en las últimas décadas, existiendo gran disparidad entre los países respecto al acceso a diálisis.
En Ecuador, la prevalencia de diabetes en la población general de 10 a 59 años es de 2.7 %, destacando un incremento hasta el 10.3 % en el tercer decenio de vida, al 12.3 % para mayores de 60 años y hasta un 15.2 % en el grupo de 60 a 64 años.
Por otro lado, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1 de cada 10 ecuatorianos, entre los 50 y 59 años, padece de diabetes y, además, tiene el colesterol elevado y de acuerdo con el Instituto de Estadísticas y Censos (INEC), 50.000 personas han fallecido a causa de esta enfermedad en los últimos 10 años (51%), ubicándola como la segunda causa de muerte, detrás de las enfermedades isquémicas del corazón.10
Por su parte, la prevalencia de pacientes que recibieron tratamiento sustitutivo de la función renal en el país fue de 406 personas por millón de habitantes, en el 2010.
Para aquellos pacientes dabéticos tipo 2, quienes padecen de enfermedad renal crónica y tienen además riesgo de eventos cardiovasculares y hospitalizaciones, ahora tienen a su disposición un nuevo medicamento de prescripción médica: finerenona (principio activo).
En un paciente que ha sido diagnósticado con enfermedad renal crónica, los tejidos de los riñones se vuelven fibrosos y se inflaman, causando que pierdan su función de filtro. La finerenona bloquea la inflamación, reduce la fibrosis y disminuye los niveles de albúmina (proteína cuya presencia en la orina, evidencia el mal renal) en pacientes con enfermedad renal crónica y diabetes tipo 2.
“Finerenona es una terapia indicada para adultos diabéticos tipo 2 con enfermedad renal crónica. Su función es bloquear la acción de ciertas hormonas (esteroides) producidas por el cuerpo, que pueden dañar al corazón y a los riñones, restringiendo los procesos de inflamación y de fibrosis en estos órganos”, explicó el Dr. Mauricio Chávez, Asesor Médico Cardiorrenal de Bayer.
Además, puede reducir el riesgo de avance de la enfermedad y disminuye la necesidad de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca, así como el riesgo de padecer eventos cardiovasculares.