Cada 09 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, fecha que promueve el acceso asequible y equitativo a la educación sanitaria, la atención en salud y la prevención de las enfermedades renales. De acuerdo con Cleveland Clinic, es probable que cada 10 personas puedan tener un cálculo renal, condición que cada vez es más común en personas entre 20 a 35 años. En el caso de los niños, esta enfermedad es menos común, no obstante, es probable que ocurra en infantes que padecen asma.
Los cálculos renales son masas o cristales sólidos, a menudo de forma irregular, hechos de minerales y sales que se forman en el tracto urinario. “Se forman en el riñón, pero luego pueden moverse y atascarse en el uréter (tubo que drena la orina desde el riñón hasta la vejiga), que suele ser lo que causa los síntomas”, dice la Dra. Smita De, uróloga de Cleveland Clinic. Su forma, textura y tamaño pueden variar. Por ejemplo, el más pequeño podría ser como una semilla de amapola o incluso cristales que aparecen en un análisis de orina, pero no son visibles a simple vista. En otros casos, pueden llegar a ser tan grandes para llenar todo el riñón, logrando medir entre 4 o 5 centímetros, dependiendo de la amplitud del órgano del paciente.
Un concepto erróneo común es que el dolor se debe a tener un cálculo renal; sin embargo, este se genera cuando esta piedra se atasca generalmente en el uréter; causando que la orina retrocederá hacia el riñón, y esto origina que se hinche. Para la Dra. Smita De, “la hinchazón del riñón causa el dolor porque no es un órgano elástico y esto hace que los nervios en la superficie de este órgano se irriten”.
Entre los factores que generan esta enfermedad se encuentran: la deshidratación, mantener una dieta alta en fosfato, condiciones médicas, medicamentos o antecedentes familiares de cálculos renales o tener un bloqueo en el tracto urinario.
Señales de detección temprana
Si bien puede ser difícil de diagnosticar por su cuenta y, a menudo, se puede confundir con otros dolores, la Dra. Smita De dice señala que los primeros signos de advertencia de que podría tener un cálculo renal son:
- Dolor de costado: si el riñón se encuentra parcialmente debajo de las costillas en la espalda, por lo que, el dolor comenzará en el área del flanco, que se encuentra a ambos lados de la parte media de la espalda, entre la pelvis y las costillas. El dolor a menudo se mueve desde allí hasta el área del abdomen y la ingle, el área de la cadera entre el estómago y el muslo. “Muchas personas se confunden porque pueden tener problemas de espalda y piensan que padecen de esta enfermedad, pero la ubicación es completamente incorrecta”, señala la uróloga.
- El dolor viene y va: se puede sentir dolor intermitente, lo que se conoce como cólico renal; este síntoma normalmente aparecerá y desaparecerá, como resultado de que la orina pasa por alrededor del cálculo. “Muchas personas asumen que han expulsado el cálculo porque el dolor ha desaparecido, lo que a menudo no es cierto. Es posible que solo signifique que la orina pase por alrededor de la piedra, y no se acumule en el riñón”.
- Sangre en la orina: la sangre es una señal de que podría tener un cálculo renal. Para algunos, la cantidad de sangre es indetectable y no se descubre hasta que un médico realiza un simple análisis de orina. “De hecho, algunas personas solo verán este síntoma en la orina y no tendrán ningún otro síntoma”, dice la especialista.
- Infecciones: Si cree que tiene una infección en la vejiga o en los riñones es posible que tenga un cálculo renal. De acuerdo con la especialista, “He tenido casos en que los pacientes son diagnosticados con una posible infección del tracto urinario (ITU, por sus siglas) o infecciones de la vejiga y se les ha administrado antibióticos. Sin embargo, resulta que en realidad no tienen una infección. Tienen una piedra que ha estado rebotando en el riñón causando una inflamación y dolor en el paciente”, comenta la especialista.
En algunos casos, los pacientes son diagnosticados con infecciones y al mismo tiempo pueden padecer de cálculos renales. De hecho, las bacterias que causan la infección pueden adherirse a esta condición. En este caso, la especialista recomienda que las personas que sufran infecciones urinarias repetidas se hagan exámenes que detecten esta enfermedad. “Es posible que los pacientes puedan seguir padeciendo de infecciones incluso después de tomar antibióticos, debido a que, en ocasiones la bacteria se adhiere a esta piedra y los medicamentos no pueden penetrar”, dice la Dra. Smita De.