Un nuevo juego requiere nuevas habilidades. Sin embargo, no todo el mundo entiende el cambio de juego y las destrezas requeridas para jugarlo bien.
El principio de Peter muestra cómo un colaborador puede ser promovido en la empresa a la que pertenece hasta alcanzar su nivel de incompetencia, a partir del cual no seguirá avanzando en la jerarquía.
Peter explica que cuando una persona realiza correctamente su trabajo, la compañía podrá premiar sus resultados eventualmente con un ascenso. Sin embargo, esto no significa que el individuo promocionado, al momento en que es ascendido, tenga las competencias necesarias para cumplir con eficacia y eficiencia su nuevo puesto laboral.
Cuando somos promovidos, la primera dificultad radica en no saber la existencia de estas diferentes categorías, niveles o juegos. La segunda, en no comprender que una nueva categoría, nivel o juego puede requerir nuevas y/o diferentes habilidades para ser efectivo en su desempeño. Tener talento en una disciplina puede llevar a cierto nivel de éxito, pero no alcanzar para el siguiente. Al pasar de categoría, de nivel o al iniciar un nuevo juego, se podrían necesitar otras habilidades.
Una pregunta importante que todo jugador, de cualquier juego, debería conocer es ¿Qué significa jugar bien? Aunque parezca mentira, no se trata de una pregunta que tenga una respuesta fácil. Para muchos, jugar bien al fútbol significa dominar el balón, pero se ha visto que eso no es cierto. Dominar el balón es una cosa y jugar al fútbol es algo completamente diferente. Dominar el balón requiere habilidades técnicas y saber jugar al fútbol requiere habilidades de juego. Son dos tipos de habilidades diferentes, requeridas para dos juegos distintos.
Jugar bien requiere el cumplimiento de una secuencia en tres pasos: el primero implica interpretar correctamente la situación de juego (realizar un correcto diagnóstico, identificar el problema que estamos padeciendo); el segundo implica elaborar una respuesta para la situación identificada en el anterior paso (una solución al problema identificado); el tercero implica responder técnicamente (implementar con eficiencia la solución planteada).
La queja, como manifestación de impotencia, es la forma de trabajo de las personas de bajo desempeño. Una persona o un profesional de alto desempeño entiende que la realidad nunca se presenta de la forma deseada y que distintas situaciones requieren respuestas distintas. Y por ello, en ciertas ocasiones, se requieren habilidades diferentes. Un profesional de alto desempeño interpreta, elabora y responde. Sin quejas y sin excusas.
Para Fernando del Vecchio, Director del Business School de la UISEK «Un nuevo juego requiere nuevas habilidades. No importa lo efectivos que hayamos sido en nuestro anterior puesto porque el éxito de ayer no garantiza el éxito de mañana».