Las educadoras generan aprendizajes significativos para estudiantes con necesidades educativas especificas
Para Jenny Cartuche Nagua, pedagoga de Apoyo a la Inclusión Educativa, de la Escuela Isabel Herrería, su labor no termina en el aula. “El trabajo con la familia es fundamental para que mis estudiantes superen poco a poco sus barreras”, agregó.
La docente visita tres veces por semana 4 instituciones educativas ubicadas en la Isla Trinitaria, Coop. Nigeria y Trinipuerto para trabajar 99 con niños y adolescentes con necesidades educativas específicas, asociadas o no a una discapacidad.
“Mi trabajo me permite atender a estudiantes con diferentes tipos de discapacidades como: psicosocial, física, auditiva, intelectual y visual. Además de otros estudiantes que tienen problemas en su aprendizaje. El trabajo y el papel de la familia es la base de nuestro trabajo, son ellos los que tienen que continuar con el proceso educativo en casa”, destacó la educadora.
La educación ordinaria inclusiva se fundamenta en el proceso de identificar y responder a la diversidad de necesidades específicas de todos los estudiantes, a través de la mayor participación en el aprendizaje, a fin de reducir la exclusión en la educación.
Esto implica modificaciones de contenidos y enfoques, indicó Cartuche: “Nosotros brindamos el acompañamiento y ejecutamos otra metodología para la atención de estudiantes con necesidades educativas específicas, pero la familia en casa tiene que continuar con el proceso educativo, asistiendo a las terapias, llevando un control en su salud y el bienestar del estudiante”, enfatizó.
Marjorie Figueroa, madre de familia de dos adolescentes de 15 y 19 años, estudiantes de Tercero de Básica de la Unidad Educativa Amarilis Fuentes, comenta el apoyo que recibe de la docente. “Mis dos hijos tienen discapacidad intelectual y con la maestra han avanzado en la escritura y estamos pendientes de las tareas en casa. Nos explica el mejor trato que debemos darle y ayudarlos en el aprendizaje”, agregó.
En la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) 103 docentes de Apoyo a la Inclusión educativa atienden a niños y niñas con necesidades educativas diferentes, asociadas o no a una discapacidad.