En el campo de las relaciones públicas, el lobbying se ha convertido en una estrategia fundamental en la política para promover y defender los intereses de diferentes sectores.
Los encargados de hacerlo se esfuerzan por ejercer influencia o persuadir a figuras clave dentro de una organización para que respalden medidas, legislaciones, causas o decisiones que sean favorables a los intereses del sector social que representan.
Marcela Becerra, CEO de la agencia de comunicación Prnews señala que “el lobbying es una herramienta comunicacional cuyo objetivo es generar una participación y una integración eficaz entre el bien común y los intereses propios de las organizaciones en los distintos procesos que tienden a la formulación de políticas públicas”.
En Ecuador este término también es conocido como “cabildeo” y tuvo su origen en el siglo XIX en la ciudad de Londres, cuando en el Palacio de Westminster los parlamentarios se reunían en el lobby central con sus principales electores, quienes abogaban por sus intereses, según el Instituto Anticorrupción.
Existen cinco etapas para hacer buen lobbying:
- Información: consiste en la búsqueda, monitoreo y producción de información relevante para desarrollar el reconocimiento e influencia de la organización en los sectores vinculados a los temas clave a nivel local, regional y global.
- Actores: implica identificarlos, tanto organizaciones como personas, que comparten intereses con la organización y que tienen influencia en la toma de decisiones relacionadas con los temas clave.
- Alianzas: tiene el objetivo de favorecer la sinergia entre los intereses de la organización, sus públicos directos e indirectos, y las diversas instituciones o personas involucradas. Esto fortalece y consolida la posición y la influencia de la organización.
- Campañas: con la planificación e implementación de campañas de comunicación se pueden difundir ampliamente los argumentos que respaldan la posición de la organización y resaltar la importancia de incluir sus temas clave en la agenda pública.
- Evaluación: una vez completadas las etapas anteriores, es importante evaluar los resultados obtenidos. Con base en el rendimiento, se pueden reiniciar, reforzar o iniciar acciones para mantener y defender los logros alcanzados.