“Se nos viene el fenómeno de El Niño, la carretera nos va a ayudar porque nosotros tenemos un poquito más de amplitud para caminar, andar a pie o en carro. (…) Antes, cuando vino en el 81 – 82, teníamos que salir en canoa”.
El testimonio corresponde a Guillermo Barzola, agricultor de Samborondón, de 71 años, uno de los 700.000 guayasenses que vive en la zona de influencia de las nueve carreteras que están siendo asfaltadas por la Prefectura Ciudadana del Guayas. Estas obras no solo sirven para dignificar a sus habitantes, sino que -además- garantizan que se optimicen los recursos de la provincia.
Actualmente, se trabaja en la rehabilitación y asfaltado de nueve vías secundarias: Samborondón-Salitre, Pedro Carbo-Valle de la Virgen-Cascajal, Simón Bolívar-Mariscal Sucre, General Gómez-La Condencia, Milagro-Carrizal, Playas-Engabao, Macul-El Carmen, Los Monos-El Triunfo-10 de Agosto y San Antonio-San Luis.
La mejora de estas arterias viales, que incluye la construcción de nueve puentes, es fundamental para una óptima transportación de la producción agrícola y ganadera desde los recintos para comercializarse en las cabeceras cantonales. De igual manera, estas vías generan nuevas rutas comerciales que fortalecen la economía en la ruralidad guayasense.
A sus 71 años, Barzola nunca pensó que llegaría a ver asfaltada la vía General Gómez-La Condencia, con la que está seguro quedarán atrás las dificultades para dirigirse desde el campo hacia la ciudad.
Barzola ha residido toda su vida en la zona de influencia a esta nueva carretera de 8,5 kilómetros, que conecta al área rural de Samborondón con las urbanizaciones de Daule. El experimentado arrocero lamenta las malas condiciones que él, su familia y vecinos enfrentaron por décadas al no tener un camino de acceso en buenas condiciones, vital para combatir los estragos que deja a su paso un fenómeno natural como El Niño.
En el noroeste de la provincia, Borys Santos conduce su taxi mientras observa la construcción de la vía Pedro Carbo-Valle de la Virgen-Cascajal. El beneficio de la obra, de 12,5 kilómetros está en el ahorro de tiempo y combustible. “Antes nos tirábamos media hora hasta Valle de la Virgen, ahora nos tiraríamos entre 15 a 10 minutos de viaje”.
El campo no se escapa de la escalada de violencia que se vive a nivel nacional. Por ello, para Sebastián Mendoza, chofer de bus, la nueva vía Milagro-Carrizal, de más de 8 kilómetros significa un aporte para una movilización más rápida y segura hacia los hogares.
“El pésimo estado de la vía nos tenía preocupados porque éramos a diario víctimas de la delincuencia. Al fin, (…) andaríamos un poco más seguros”, expresa.